Jayme Bayly, saltándose las recomendaciones de la OMS para luchar contra el COVID-19, dedica 5 minutos de prime time a vituperar del confinamiento ordenado en Perú
«Cuando las prohibiciones son demasiado estrictas, rígidas e inflexibles, la gente encuentra la manera de burlarlas, porque la gente tiene que ganarse la vida y sale a vender su productos, sus mercancías y sus baratijas para ganarse la vida»
Aunque su programa se llame «El Observador», parece que Jaime Bayly no está observando bien la realidad, pues según él, las restricciones impuestas por el gobierno peruano para impedir el libre tránsito de sus ciudadanos son una imposición imposible de cumplir por su rigidez.
En un país donde el 70% de su Población Económicamente Activa (PEA) vive del trabajo informal, es cierto que millones de peruanos tienen que decidir estos días si es mejor salir a sus labores acostumbradas y correr el riesgo de contagiarse o quedarse a buen recaudo en casa.
«Yo me identifico con ellos porque además ellos no tienen ahorros, no son ricos, es gente que tiene que trabajar, tiene que vender su mercadería, cómo los vas a encerrar en sus casas dos semanas y luego dos más. Yo estoy con ellos».
Millones de peruanas y peruanos se ven en la disyuntiva de poner un plato en la mesa o de pasar hambre encerrados, es cierto, pero eso no puede justificar y celebrar la desobediencia de las medidas que se han establecido para evitar el contagio exponencial de virus tan mortífero.
«Celebro el espíritu emprendedor de los peruanos, su espíritu laborioso, industrioso; la inventiva y la picardía. Celebro que salgan a trabajar y a vender, quizá algunos se van a enfermar y pasarán dos semanas tosiendo y con fiebre, pero son trabajadores».
Lo que no menciona «El Observador» Jaime Bayly, es que el encierro no es sólo para evitar que quien se queda en casa se contagie, es, sobre todo, porque no sabemos quienes somos, o no, portadores del virus, así que todos somos posible focos de infección; por tanto el confinamiento, hasta ahora, es la única medida que ha demostrado ser eficaz.
En su irresponsable oda a no acatar la orden de confinamiento, Bayly afirma que la gente que sale puede enfermar «dos semanas de una gripe fuerte», y otra vez demuestra que observa lo que está ocurriendo desde una realidad paralela.
Según la científica Akiko Iwasaki, investigadora principal en el Instituto Médico Howard Hughes y profesora del Departamento de Inmunobiología y del de Biología Molecular, Celular y del Desarrollo de la Universidad de Yale: «El COVID-19 es 30 veces más mortal y casi dos veces más contagioso que la gripe. No tenemos inmunidad contra el COVID-19».
De acuerdo con datos aportados por la científica, la tasa de mortalidad de una gripe es de entre 0,05 y 0,1%, mientras que la del coronavirus es, hasta el momento, de 3,4%. Virus como el SARS y MERS, tuvieron una tasa de mortalidad del 11% y 34,4%, respectivamente, sin embargo su capacidad de contagio fue menor.
«Parao y sin polo»
Según Bayly los que salen a la calle a vender: «Le ponen el pecho a la crisis porque tienen que parar la olla y comprar comida para la familia. Yo los entiendo y estoy con ustedes» ─afirma. Sin embargo, entre los que por estos días salen a las calles en Perú no sólo hay comerciantes informales, también sale gente a correr, a pasear y hasta van a fiestas.
El entrevistador también desdeña los efectos de la pandemia asegurando que quien enferme se pasará sólo «tosiendo y con fiebre durante dos semanas». Bayly obvia decir, que en 3 meses el COVID-19 ha infectado a más de 260.000 personas y ha matado a 11.000.
«La gente no es tan tonta tampoco, es que la gente conscientemente, costo beneficio, usa su libertad y dice: prefiero salir a trabajar, ganarme unos soles aunque corro el riesgo de enfermarme […] es que la gente conscientemente sabe cuidar su salud, cada uno cuida su salud mejor que el presidente o que su ministra (de salud)recién despedida».
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Neoliberalismo ultra
Más de una vez Jaime Bayly se ha confesado hipocondríaco, me gustaría saber si en estos momentos, él también está haciendo uso de su libertad y está saliendo a las calles. Me gustaría saber, además, cómo desde sus privilegios se identifica con una vendedora o con un vendedor ambulante.
Y este hacer uso de su libertad que Bayly menciona me recuerda a Ricardo Belmont, en la playa, a un día de decretarse el confinamiento, diciendo que a él nadie le va a impedir, ni le va a decir cuando puede, o no, bañarse en el mar.
También me recuerda a José María Aznar, ex presidente español que cuando en España se estableció el porcentaje máximo de alcohol con el que se podía conducir, para bajar la tasa de mortalidad en las carreteras, declaró que a él nadie le iba a decir las copas de vino que se podía beber.
Sin embargo, ni Bayly, ni Belmont, ni Aznar, ejerciendo su libertad, no pueden poner en riesgo a los demás, ni con sus actos, ni con sus mensajes y lo que ha hecho Bayly en tan sólo 5 minutos de su programa es poner en riesgo la salud de los 32 millones 131 mil 400 peruanas y peruanos.