Contra la falta de justicia y la revictimización de las mujeres que sufren violencia de género, y que la han padecido y la padecen 24 horas al día por el estado de emergencia debido al COVID-19, las peruanas con las mascarillas bien puestas vuelven a las calles este sábado
Hartas de que nos maten, nos violen, nos toquen y hartas de que todo ocurra en la mayor impunidad, las mujeres peruanas vuelven a las calles. Este sábado 20 de junio a las 11 de la mañana, desde la indignación y la rabia, las mujeres se ha autoconvocado para protestar delante del Ministerio público. El caso del violador de Jaén, José Felizardo Zoriano Arias, con 8 violaciones en su haber y los intentos de violación y feminicidio de su hija de 13 años de edad ─publicados por Wayka─ han sido la gota que ha colmado la paciencia.
Y no sólo ha colmado la paciencia por la cantidad de mujeres violentadas, también por la brutalidad de los actos en contra de su hija, a la cual ató los brazos al techo con cinta de embalaje para violarla. La indignación, además, se ha visto acrecentada porque el Poder Judicial obviando que este depredador sexual fue detenido en flagrancia por los tíos de la niña, pues lo capturaron cuando intentaba huir, ni siquiera ordenó que sea puesto en prisión preventiva y le ‘impone’ libertad con comparecencia restringida, cuando lo que correspondía era el inicio del juicio.
FLAGRANCIA

En este caso, el juicio debía haberse iniciado inmediatamente y Zoriano no tenía que haber sido puesto en libertad luego de su detención

La segunda detención de Zoriano, cuando intentó quemar a su hija también ha sido en flagrancia.
Víctima en peligro por malos jueces
Luego de ser liberado, por los jueces superiores de la Sala Mixta Desentralizada y de Apelaciones de Jaén, Leonardo Cipriano Purihuamán, Emiliano Sánchez Bances y Harold Ortiz Carrasco; Zoriano intentó matar a su hija quemándola viva. El depredador se encuentra en estos momentos detenido, pero podría volver a ser puesto en libertad si la justicia no le revoca la medida de comparecencia y lo juzga de inmediato, pues también en el intento de asesinar a su hija fue detenido en flagrancia.
La justicia de Chontalí con sus deficiencias revictimiza a la menor una y otra vez. En la reconstrucción de los hechos, ocurrida este jueves 18 de junio, se la hizo participar al lado de su agresor y sin permitir la presencia de su madre.
#LaPolicíaNoMeCuida
Esta semana teleoLeo.com también publicó el testimonio de una menor que denunciaba al suboficial de la Policía Nacional del Perú, Carlos Cruz Díaz, por acoso. Este efectivo policial ya está siendo investigado por tocamientos indebidos a otra menor de 14 años de edad y lo único que han hecho con él hasta el momento, a pesar de las pruebas presentadas, es suspenderlo de funciones, nada más. Así que sí por todo esto las mujeres estamos hartas y volvemos a las calles este sábado.
El 30 de junio se supone que se acaba el estado de emergencia en Perú, casi 100 días mujeres, niñas y niños habrían estado expuestos al mayor de los peligros, el del machismo. Sus hogares han sido y seguirán siendo por unos días más su cárcel, el lugar de sus peores pesadillas de donde ni siquiera han podido escapar unas horas, para ir al trabajo o a la escuela, a respirar ratitos de tranquilidad. Para otras, la casa donde se protegían del virus ha sido su tumba.
Cifras para la indignación
Según el Centro de Monitoreo y Alerta del Ministerio Público del Perú, del 16 de marzo al 31 de mayo, 12 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, 8 de estos crímenes fueron cometidos dentro del domicilio. También se han registrado 25 intentos de feminicidio y, además, investigan 42 posibles intentos de feminicidio.
A principios de mayo el Ministerio Público también registraba más de 3763 detenidos por agresiones dentro del grupo familiar
Además, según la Defensoría del Pueblo, sólo entre abril y mayo de este año, 500 mujeres fueron reportadas como desaparecidas, según esta institución durante el estado de emergencia, cada 3 horas una mujer ha sido reportada como desaparecida.
Justicia queremos, empatía por nuestro dolor, respeto por nuestras vidas, igualdad de trato y equidad; y sobre todo, necesitamos que los operadores de justicia y los poderes del Estado se instruyan y actúen con enfoque de género. No puede ser que una niña sea violada y el violador esté libre, no puede ser que un policía valiéndose de las denuncias que recibe de menores, aproveche y contacte con ellas para acosarlas y manosearlas.
¡El hartazgo es mayúsculo!
