El confinamiento por la pandemia ha agudizado la pobreza extrema en Perú. Entre los colectivos más afectados: los más de 800 mil venezolanos que llegaron allí en busca de refugio. Una de ellos es Dayana, quien siendo víctima de la discriminación institucional, social y hasta los medios de comunicación y, a pesar de sus carencias, no ha dudado en ayudar a familias peruanas que sufren igual miseria
«Se te viene una avalancha en el país, se abren ya los aeropuertos, los cielos, se abren peruanos y luego se abren los cielos internacionales […] ¿qué vas a hacer con la delincuencia de todos los venezolanos?, no todos, no te olvides que soy un defensor de los venezolanos, he estado en la cárcel de Venezuela porque Maduro me metió preso por defender a los venezolanos. ¿Qué se va a hacer con los venezolanos que ya salieron de frente a matar? ¿Qué vas a hacer tú con esto?»
Hace un par de semanas Andrés Hurtado, entrevistaba a la jefa de la Oficina de Migraciones de Perú y en la cita Hurtado se hacía eco de la xenofobia contra los venezolanos que han recalado en Perú huyendo de la crisis económica y de gestión de su país: «¿Qué vas hacer con la delincuencia de todos los venezolanos?» ─decía y en el acto rectificaba, afirmando que él fue detenido en la Venezuela de Maduro por defenderlos.
Y sí, a mediados de diciembre de 2017 el presentador de televisión fue detenido en el aeropuerto venezolano de Maiquetía cuando intentaba salir con 252 niños rumbo a Perú, eran los hijos que muchos venezolanos dejaron al cuidado de familiares mientras ellos se abrían paso en un nuevo país. Lo que me preguntó es qué pasó desde ese episodio para 3 años después decir: «¿Qué se va a hacer con los venezolanos que ya salieron de frente a matar?»
Generalizar siempre es mala práctica
Dayana es una venezolana que contradice las afirmaciones de Hurtado. Durante la pandemia ella ha ayudado a 34 mujeres y sus familias, 16 de las cuales, peruanas; todas vecinas de Villa María del Triunfo, lugar donde muchas y muchos viven al día, lugar donde hay gente que se debate entre morir de hambre o morir de COVID. Y esto ocurre al lado de La Molina, distrito con una de las rentas per cápita más altas de la ciudad, distrito donde con un gran muro apartan la pobreza de su campo visual.
Cuando Dayana llegó a Perú trabajó en lo que pudo y también como empleada doméstica, la pandemia la encontró en una casa cuidando niños y limpiando, pero fue despedida. Sin ingresos y sin papeles ─los estaba tramitando, pero eso ha quedado detenido por la pandemia y por la falta de dinero─ ella salió a las calles a pedir ayuda. Y en cada salida fue conociendo otras mujeres venezolanas que estaban en su misma situación y fue compartiendo con ellas lo poco o mucho que conseguía.
Comenzaron a pedir juntas, cocinaron y cocinan juntas para poder alimentarse y alimentar a sus hijos, todos menores de edad, consiguieron techo para una de ellas, pues dormía en la calle con sus dos niños y su pareja. En las calles Dayana también vio a sus vecinas peruanas pasando las mismas necesidades y también comenzó a compartir con ellas. «Mi madre es peruana, yo soy mitad peruana, aunque amo la tierra en la que nací, tenía que ayudarlas también porque también son mi gente».
TeleoLeo.com publicó los testimonios de Dayana y sus compañeras, a finales de junio y, según afirman, recibieron donaciones que les permitió no sólo tener lo que necesitaban para ellas sino, además, llevar corralitos, coches de bebe, alimentos y medicinas a las mujeres peruanas que ayudan.
«Me gustaría ayudar con más, pero también me cansó, ya no quiero seguir saliendo cada día a la calle a tocar puertas para poder comer, estoy contenta porque he podido ayudar a otras, pero también estoy cansada y me gustaría volver a trabajar, me gustaría que todas volviésemos a trabajar. Además, porque necesito pagar el alquiler del cuarto donde vivo con mi madre, enferma del corazón. Tengo miedo de que nos quedemos en la calle y que ella empeore» ─dice Dayana.
Cerrando el círculo migratorio
Dayana llegó a Perú en 2018, hija de peruana, ha hecho la migración inversa a la que hizo su madre hace 40 años y a la que hicieron muchos peruanos cuando Venezuela era el paraíso del petróleo y de las miss universo. «Llegamos por tierra, mi madre, mis hermanos, mi cuñada, mi sobrina y yo, en mi país había perdido mi trabajo y ya no conseguía los medicamentos de mi madre, tampoco conseguía medicamentos para mi, así que teniendo raíces en Perú, el destino no podía ser otro».
Dayana sufre de diabetes y, como todos sabemos, la insulina se ha convertido en artículo de lujo en la actual Venezuela, también sufre de tiroides. Su madre sufre del corazón y sus medicinas también comenzaron a escasear, ella lleva 3 infartos a cuestas, además, de una operación al estómago.
Dayana tiene 36 años, de profesión enfermera, perdió su puesto en el hospital donde trabajaba por culpa del ‘Firmazo’, recolección de firmas, realizada en 2016, para hacer un referéndum revocatorio del presidente Nicolás Maduro. «Dejaron en la calle a los que firmamos, luego hice un curso para atender niños con capacidades especiales, he trabajado con niños autistas; también sé de peluquería y decoración para eventos infantiles. Fui trabajando en lo que pude, hasta que pude y ahora sólo pido poder volver a trabajar».
Buscando refugio encontraron xenofobia
Según un comunicado de Acnur y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de finales de 2019, alrededor de 4,6 millones de venezolanos habían abandonado su país de ellos, casi el 80% se encuentra en América Latina y el Caribe, sin perspectivas de retorno a corto o mediano plazo. A finales de 2020 esta cifra podría alcanzar los 6,5 millones de personas. De ellos, 1,5 millones se encuentran en Colombia, 860.000 en Perú, 371.000 en Chile y 330.000 en Ecuador.
La presencia de esta gran cantidad de venezolanos en Perú ha sido motivo de conflicto y de xenofobia. La falta de políticas y de servicios públicos para la población nativa ha exacerbado hasta el infinito la situación, pues muchos peruanos pobres creen que los venezolanos son causa de su desempleo y del aumento de la delincuencia, lo cual, además, no es cierto. En Perú, antes de la migración masiva de venezolanos, se secuestraba y mataba por encargo, y se robaba y se roba en las calles a mansalva.
Los venezolanos son sólo el 3.1%
Según un informe del Instituto Nacional Penitenciario del 2018, los venezolanos, no son los extranjeros con mayor población en prisión, pues ellos sólo representaban el 3,1%, mientras que los colombianos eran el 29,4% y los mexicanos el 15,3%; y contra ellos la xenofobia no es manifiesta, ni en las calles, ni en los medios de comunicación. Por otro lado, los peruanos parecen no recordar cuando migraban en masa huyendo del terrorismo y de la situación económica.

Así que antes de decir: «¿Qué vas hacer con la delincuencia de todos los venezolanos?» […] «¿Qué se va a hacer con los venezolanos que ya salieron de frente a matar?», antes siquiera de atribuirle a un grupo la inseguridad del país, pensemos que durante décadas hemos sido los peruanos lo que hemos emigrado en busca de una vida mejor, pensemos en la famosa «Banda de los Peruanos» en Europa y en como afectaba a los migrantes decentes de nuestro país, el ser señalados como delincuentes.
Por otro lado, la xenofobia contra los venezolanos se ceba en contra de sus mujeres. Muchas son madres solteras o abandonadas por sus parejas y, en un país extraño y hostil, sin redes familiares, ni sociales, ellas son candidatas a ser victimizadas doblemente por una sociedad machista para la cual sus propias mujeres son meros objetos de deseo y satisfacción. Si a eso le añadimos la idealización de la mujer venezolana, debido a los concursos de belleza ganados otrora, tenemos el cocktail perfecto.
Pedido
La situación de Dayana es insostenible en estos momentos, ella necesita trabajo y dinero para poder pagar el cuarto donde vive con su madre enferma. Necesita lo que podamos brindarle. Dejo por aquí la cuenta bancaria de su madre para los que puedan solidarizarse con esta mujer venezolana, que también ha ayudado a mujeres de nuestro país en momentos en los que el gobierno se ha mostrado incapaz de repartir la ayuda que necesitan todos los ciudadanos y todas las personas que se encuentran en el país.
- Titular de la cuenta: Juana Velázquez (madre de Dayana)
- Número de cuenta BCP: 194 92515560058
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