Hospital de EsSalud Moquegua hace que pacientes con COVID vayan a recoger sus medicinas

Utilizar mascarilla, lavarse constantemente las manos y no salir de casa, en caso de estar contagiada o contagiado, son las recomendaciones para prevenir la propagación del mortal virus. En Perú, a pesar que el presidente repite esto constantemente, por lo menos, un hospital de la red de la seguridad social no estaría cumpliendo estas directrices

«Este lunes fuimos al hospital de EsSalud de Moquegua a recoger mis medicinas porque estoy con COVID-19. Fui con mi esposa para que le hagan la prueba porque cuando vinieron de EsSalud a hacerme la segunda prueba a casa, a pesar, de que ella tenía síntomas y de que es diabética, hipertensa y sufre de la hipertiroidismo, no quisieron hacérsela, nos dijeron que habían venido por mí y que a ella le harían la prueba otro día».

Hace 15 días, él, José Luis Pino, comenzó a sentir dolor en todo el cuerpo, fiebre y dificultad para respirar, le hicieron la prueba para el COVID-19: salió negativo, días después perdió el olfato y del gusto. El miércoles 15 de julio, le hicieron la segunda prueba en casa, positivo fue el resultado, pero a su esposa, Maria Elena Corrales, la mujer que come, duerme y vive con él no le quisieron hacer la prueba porque la orden era hacérsela a él y no a ella.

José Luis y Maria Elena viven en la región Moquegua, en Perú, el paraíso del aguacate, pero, al parecer, no de la atención médica; en general, ningún lugar del Perú lo fue, ni lo es ahora, pues si no puedes pagar por atención médica adecuada, lo más probable es que no la tengas. El COVID-19 ha hecho que años de corrupción revienten en la cara al actual gobierno evidenciando, aún más, las carencias asistenciales, incluso, de quienes, con descuentos salariales, han pagado el seguro médico estatal.

El personal de EsSalud que fue a casa de esta pareja les dijo que entre viernes o sábado del fin de semana pasado, les llevarían los medicamentos para tratar a José Luis, sin embargo, no lo hicieron. Él se comunicó con el hospital para saber qué pasaba y, según explicó a teleoLeo.com, aún sabiendo que es un paciente positivo, le dijeron que debía ir al hospital a recogerlos, porque nadie se lo podía llevar.

«El lunes fui al hospital con mi esposa, ella no podía ir sola porque también está mal, además, sus enfermedades previas la hacen paciente de riesgo y teniendo síntomas, no puede estar sin tratamiento, así que fui con ella para que le hicieran la prueba. Tanto hemos pagado toda la vida a EsSalud, para que ahora nos traten con esta dejadez. Dicen que los contagiados deben quedarse en casa y a mí me hacen ir al hospital».

Este lunes 20 de julio, José Luis y su esposa fueron al hospital hicieron cola para que los atiendan desde las 10 de la mañana hasta las 7.30 de la noche. «Había 2 consultorios y en cada uno había como 100 personas, nos han tenido allí todo el día, sin distancia social, esperando a que nos den medicinas y nos vean. Ahora hay demasiados pacientes, además, mientras esperábamos los llamaban para atender a personas ingresadas. Mientras estuvimos allí murieron 4 pacientes».

José Luis logró que a su esposa le hicieron la prueba y que le diesen los medicamentos para tratarse. «Yo le dije a la doctora que sí que le debían hacer la prueba, pero le pedí que de una vez la medicasen porque ella ya ha perdido el olfato y el sentido del gusto, menos mal, que fue amable y nos dio todo. Sin embargo, nos dijeron que nos llamarían para monitorearnos y no lo han hecho, recién el jueves vinieron a vernos a casa, no entendemos con no hacen lo que dicen».

Según José Luis, él y su esposa ya están mejor, sin embargo, a María Elena aún no se le va el dolor del pecho y las dificultades para respirar. «Aquí en Moquegua hay demasiada gente contagiada, pero EsSalud debería cumplir con el protocolo de atención que tanto publicitan, sólo queremos que nos llamen, que vean cómo estamos tal y como se comprometieron, pero no, repito, tantos años pagando seguro y ahora ante esta emergencia nos sentimos desprotegidos».

Además de estar enfermos, María Elena y José Luis atraviesan otro problema, que es el de muchas y muchos peruanos, la pérdida del empleo debido al estado de emergencia decretado en el país y que significó el paro de actividades durante casi 4 meses. Sin ingresos, han tenido que acabar de echar mano del dinero de la AFP de José Luis, retirado el año pasado: «14 mil soles que ya se acabaron, mi esposa recibió el bono de 700 soles por ser trabajadora independiente, pero ya no tenemos nada».

Hasta este 24 de julio Perú contaba con 371.096 casos y 17.654 muertos, muchos están muriendo en las calles y sin atención y estas muertes no son sólo responsabilidad del COVID-19. La codicia de quienes hacen su ‘agosto’ maś perverso con el incremento estratosférico del precio de medicamentos y del oxígeno también han colaborado. Pero, sobre todo, los muertos del Perú también se deben a años de corrupción y a la falta de planificación de un país «peruanofriendly» por parte de los diferentes gobiernos.

Esperemos que este maldito virus cambie las cosas, que la solidaridad y la honestidad sean ley. Esperemos que gente como Maria Elena y José Luis, contagiados y focos de infección, no tengan que volver a salir a la calle para recibir la atención y los medicamentos que merecen. Esperemos que los propios protocolos dictados por el gobierno se cumplan, porque quedan lindos en vídeo y sobre el papel, pero si no se cumplen no existen. Son papel mojado y gasto innecesario.

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