Ellas llegaron a Perú por amor. Muchas, maltratadas por sus parejas, cuando ‘osan’ dejar la relación pierden la residencia, pues son sus victimarios quienes se las deben renovar. Cada año se exponen a ser expulsadas del país perdiendo el vínculo con sus hijos. Esto tiene que cambiar, los derechos humanos de las mujeres migrantes existen
«Recuerdo cuando llegué a migraciones, había una asociación que se llamaba «Mujeres Maltratadas por Migraciones» recuerdo que muchas mujeres y algunos hombres hacían cola, eran padres de familia extranjeros, a los que sus parejas no les habían permitido mantenerse de manera regular, porque no habían solicitado a migraciones que pudieran ser residentes peruanos y por lo tanto estaban escondidos amenazados para poderse mantener cerca a sus hijos».
Los recuerdos son de la Superintendenta Nacional de Migraciones, Frieda Roxana del Águila y la asociación de la que habla se llama «Mujeres Migrantes Maltratadas» (MMM), pero podría perfectamente llamarse como dice la funcionaria: «Mujeres Maltratadas por Migraciones», porque agrupa a mujeres despreciadas por las leyes migratorias peruanas, que las condena a no tener residencia si sus parejas no se la dan, incluso, siendo madres de peruanos obligadas a permanecer en el país para no perder a sus hijos.

«Estas cosas suceden y estas personas sufren y por ellos lo primero que hicimos es promover normas para que esos padres ─no hay fronteras cuando hay padres e hijos─ puedan estar cerca, y hemos tenido que hacer muchas cosas» ─agrega del Águila. Según Inés Agressot de MMM, la preocupación de la superintendenta se centra en ayudar a los migrantes venezolanos: «Para ellos sí hay recursos y nos parece muy bien, porque lo necesitan y son nuestros hermanos, pero nosotras también existimos».
Carnet de extranjería
Fue Boris Gonzalo Potozen Braco, a cargo de Migraciones entre 2015 y 2016, quien dió por primera carnet de extranjería a estas mujeres, pero lamentablemente el documento debía renovarse cada año. En 2017, al entrar Eduardo Alfonso Sevilla ─antecesor de del Águila─ creó la Oficina de Atención a Poblaciones Vulnerables y renovó Carnet de Extranjería a las madres migrantes víctimas de violencia familiar, prorrogó residencias y apoyó a otras a obtener residencia de migrantes si cumplían con ciertos requisitos económicos.
«No sé a qué se refiere la superintendenta al decir que ha hecho muchas cosas por nosotras. En varias oportunidades y por diferentes vías hemos solicitado reunirnos con ella, sin embargo, nunca nos ha atendido; lo máximo que ha hecho es derivarnos con una funcionaria muy bien intencionada, pero sin capacidad real de decisión. Encima, la Oficina de Atención a Poblaciones Vulnerables ya ni siquiera existe en la página de Migraciones» ─dijo a teleoLeo.com, Inés Agresott, representante del colectivo MMM.

Inés Agresott, también ha escrito el presidente de la República, Martín Vizcarra, explicándole su situación, que es la del 99% de las mujeres de MMM que permanece en Perú. Todas llegaron allí enamoradas, luego la relación finalizó, normalmente, de mala manera, y ellos ni les tramitaron la residencia, ni las dejaron volver a su país, con la amenaza de quitarles a sus hijos. Varias de ellas y de sus hijos han sido víctimas de violencia de género y de violencia intrafamiliar, alguna incluso fue víctima de intento de feminicidio, pero nada. Desde las instituciones nadie las protege.


¿Burla estatal?
En enero pasado, la Plataforma Digital del Estado publicó una nota titulada «Programa Aurora articula con Superintendencia Nacional de Migraciones para proteger a las personas migrantes en situación de vulnerabilidad» donde Nancy Tolentino, directora del programa Aurora, afirmaba: «Hemos logrado encontrar líneas de trabajo conjuntas para desarrollar de manera articulada a mediano y largo plazo a favor de las víctimas migrantes que se encuentren en situación de vulnerabilidad y desprotección frente a la violencia de género en el país».
AURORA pertenece al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y es el «Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar».
Consultada sobre esta nota y los supuestos esfuerzos del Estado por ayudar a las mujeres migrantes en situación de vulnerabilidad, Inés Agresott dijo a teleoLeo.com: «Esto es una burla, esta nota es de cuando a mí, en el MIMP, me dijeron que habían colapsado y que si necesitábamos albergue sólo podía ser en el interior, sabiendo que muchas mujeres no pueden ni moverse de Lima, porque los padres de sus hijos no les permiten ni eso y amenazan con denunciarlas si «desobedecen». Tenemos varios casos para demostrar lo que digo».
Pandemia sin residencia
La pandemia supuso otra piedra en el camino de estas mujeres migrantes. Con el país en estado de emergencia ellas no pudieron renovar sus residencias, pues a pesar de la digitalización del sistema de la oficina de Migraciones, expuesto en televisión por la actual superintendenta como uno de los grandes logros de su gestión, la página destinada para la realización de este trámite no funcionaba correctamente. «Estas semanas, intentábamos, sin éxito, renovar la residencia a través de la página y la plataforma no nos reconocía» ─dice Agresott.
Ella señala, además, que presentó la queja correspondiente mediante la línea de atención al usuario y un funcionario de Migraciones le respondió «socarronamente». «Burlándose me dijo que si no sabía que estábamos en medio de una pandemia, luego otra funcionaria me explicó que realmente había algún problema porque el sistema no nos encontraba y no podíamos renovar nuestras residencias. Y esto fue terrible, sobre todo para una de nuestras compañeras que enfermó de COVID y no podía ser atendida porque no tenía sus papeles en regla».
El caso que menciona Agressot es el de María de los Ángeles Sevilla, ella lleva 35 años en Perú y sólo pudo obtener atención médica gracias a su hijo que movió cielo y tierra para que, a pesar, de no tener sus papeles al día pudieran atenderla. Por todo este sufrimiento y para evitar mayores problemas, el colectivo de MMM piden que se prorroguen de inmediato las residencias de aquellas que durante el confinamiento les tocaba hacerlo, pues para completar la invisibilización de su problemática, para la página de Migraciones ni siquiera existían.
Y por todo lo antes dicho…
MMM pide que les den nacionalidad peruana no sólo por ser madres de peruanas y peruanos, sino porque ademaś, «del grupo, casi todas vivimos desde, por lo menos, hace 10 años en Perú y resulta, por lo menos, paradójico que no nos dejen regresar a nuestra tierra con nuestras hijas e hijos cuando la relación se trunca con la pareja peruana, pero que para quedarnos tengamos que pasar cada año por el martirio de la renovación de documentos.
MMM piden nacionalidad
- Patricia, Argentina. Aún esposa de peruano. Víctima de violencia psicológica. Madre de un niño peruano con autismo TDAH y epilepsia. Vive hace 15 años en Perú. No tiene documentos, se han perdido y se han vencido.
- María De Los Ángeles, Costa Rica. Viuda de peruano, madre y abuela de peruanos. Víctima de violencia física y psicológica, su esposo jamás realizó trámite alguno respecto a su situación migratoria. Recibió residencia por vulnerabilidad y no por sus hijos. Vive en Perú cerca de 40 años. Tiene la residencia vencida y solicita residencia por familiar de peruano.
- Flor María, Colombia. Separada de peruano, madre de peruanos. Cerca de 30 años en Perú. Su residencia es por sus hijos, pero se encuentra vencida.
- Natalia, Argentina. Ex pareja de peruano, madre de niña peruana. Víctima de violencia psicológica y física. Con medidas de protección. 10 años en Perú. Residencia por inmigrante.
- Yeinis, Colombia. Ex pareja de peruano, madre de niño peruano. Víctima de violencia psicológica y física, con medidas de protección. 10 años en Perú. Residencia por inmigrante.
- Thais, Brasil. Esposa de Peruano, madre de dos niños peruanos. Víctima de violencia física y psicológica. Tenía residencia por trabajo, actualmente no tiene.
- Aleida, Colombia. Esposa de peruano, madre de niña peruana. Víctima de violencia psicológica y física. Más de 10 años en Perú. Residencia por familiar de peruano.
- Zuzanna, Polonia. Ex pareja de peruano y madre de niño peruano. Víctima de violencia psicológica. Hace 18 años en Perú. Residencia por familiar, su hijo.
- Katerine, Colombia. Ex pareja de peruano y madre de niño peruano. Víctima de violencia psicológica y física. Primera sentencia a favor de una extranjera por violencia. Residencia por familiar, su hijo.
- Inés María Agresott , Colombia. Casada con peruano, madre de peruana. En octubre cumple 20 años en Perú. Residencia por esposo, fue renovada luego de denunciar ineficiencia del sistema electrónico de Migraciones.
- Yilian, Cuba. Hija de peruano nacionalizado, en diciembre cumple 10 años en Perú. Residencia por inmigrante
- Ángela, Colombia. Aún esposa de peruano, madre de niña peruana. Víctima de violencia psicológica. Residencia por inmigrante.
- Arellys, Costa Rica. Ex pareja de peruano, víctima de violencia física y psicológica. Vive hace 13 años en Perú. Residencia por trabajo vence en septiembre.
- Luz María, Chile. Ex pareja de peruano, víctima de violencia física y psicológica, trajo al país a sus tres hijas, dos menores de edad, la mayor acababa de cumplir la mayoría de edad. Tenía residencia por MERCOSUR, ahora se encuentra indocumentada, además, según migraciones «nunca tuvo carnet».
- Javiera, Chile. Hija mayor de Luz María. Tenía residencia por MERCOSUR, ahora se encuentra indocumentada, además, según migraciones «nunca tuvo carnet».
- Paula Tamara, Chile. Víctima de violencia. Hija de Luz María, llegó a Perú siendo aún menor de edad, 15 años. Tenía residencia por MERCOSUR, ahora se encuentra indocumentada, además, según migraciones «nunca tuvo carnet».
- Emilia Trinidad, Chile. Hija menor de Luz María. Actualmente tiene 16 años, no tiene documentos, llegó a Perú a los 10 años.

Este viernes 31 de julio, MMM realizó un tuitazo para llamar la atención sobre su situación migratoria y para concientizar al Estado y explicar una vez más, a un Perú xenófobo, que ellas existen, que forman parte del tejido social del país y que son mujeres que aportan, que colaboran y que educan peruanas y peruanos; y que tienen derecho a tener estatus de ciudadanas en un país en el que decidieron quedarse o en el que deben de permanecer para no romper importantes lazos de amor.
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