La pandemia lo ha alterado todo y es normal, sin embargo, lo que no debería alterarse es la atención judicial a los casos de violencia de género, hayan ocurrido antes o durante el estado de emergencia. Las mujeres, diversidades, niñas y niños maltratados, abusados y asesinados requieren una justicia rápida y eficaz
─«Hay restos de semen en mi truza»
─«Eso no puede ser porque nadie terminó»
«Me siento sucia, culpable, molesta, me asusta salir a la calle porque temo encontrarme con mis agresores, eran mis amigos, no sé cómo han podido hacerme esto. Ahora tengo pesadillas, sueño que me violan, que no puedo moverme, ni gritar, ni correr. Sueño con muchos globos con cara de hombres malos que me rodean. Hace unos meses estaba en el centro de salud, uno de ellos entró, me escondí en un baño, temblaba».
Hechos
La madrugada del 2 de febrero pasado ella fue abusada sexualmente, había estado tomando con tres amigos en casa de uno de ellos: dos, compañeros de estudios en la universidad; el tercero un amigo del dueño de casa al que conocía previamente. Ella sólo recuerda que bebían, que el licor le afectó, que pidió descansar y luego todo son imágenes difusas, ella vestida, ella desnuda, uno de ellos encima «haciendo cosas»; el otro al lado con el torso desnudo y el tercero, también semidesnudo, mirando la escena desde la puerta de la habitación.
«Dos de ellos eran mis amigos de la universidad, vivimos en Chincha y estudiamos juntos desde hace 2 años en la universidad San Luis Gonzaga de Ica. No entiendo cómo han podido hacerme esto, yo estaba ebria y me dormí, ellos sabían que estaba mal y ahora dicen que todos estaban igual de borrachos, que yo quería sexo, que me desnudé sola, que les suplicaba para estar con ellos. Y yo no soy así, nunca he sido así» ─dijo ella a teleoLeo.com.
El 1 de febrero por la noche ella (18 años de edad) recibió un mensaje de un «amigo», Piero Motta de los Ríos (19 años de edad): «Ya pues habla cómo es para ir a tomar a la casa de Barahona», le decía, pero ella debía llevar a su hermano menor a un ‘quinceañero’. Motta insistió y quedaron en que ella dejaría a su hermano en la fiesta y que él la recogería para ir a casa de Johan Barahona Rivera (28 años de edad). Al llegar a casa de Barahona compraron ron, gaseosa y se pusieron a tomar.
«Barahona hizo la mezcla, ponía demasiado alcohol, yo le dije, pero no me hizo caso. Yo tomaba a sorbitos, no quería ponerme mal. Motta me dijo que era una viva y me sirvió un vaso lleno y me lo hizo tomar. Y yo confiaba, eran mis amigos de la universidad. Me dijeron que llamará amigas, pero todas estaban en Lima, así que dijeron de llamar a Jesús Atuncar (29 años de edad), amigo de Barahona, lo llamé; no recuerdo en qué momento llegó».
Mareada por el alcohol y con el celular a punto quedarse sin batería, ella pidió a Barahona poder descansar en la habitación que se veía desde el patio donde estaban. «Allí había una cama y un colchón en el piso, al lado un enchufe, me dormí en el colchón; no sé cómo, a las 2:30 de la mañana, le envié un mensaje a mi hermano y le dije que pasará a recogerme. Barahona luego cogió mi teléfono y le envió un audio diciéndole que fuera a las 3».
Ella dice que recuerda estar vestida y ver a Jesús Atuncar sentado en el colchón y que alguien la cargó y la pusó en la cama. «Me volví a dormir, cuando desperté, estaba desnuda, no podía moverme, ni gritar, Atuncar estaba encima mío moviéndose, haciéndome cosas, Barahona con el torso desnudo miraba desde la puerta y Motta, también sin camiseta, le dio unas palmaditas a Atuncar y le dijo algo como: «ya manito, ya». Atuncar se paró y se subió el short».
El hermano de ella dice que sospechó de que Motta le dijera que fuese más tarde a recoger a su hermana, así que fue a buscarla de inmediato. «Yo no recuerdo ni cómo bajé hasta la puerta donde me esperaba mi hermano en el taxi, tampoco recuerdo como llegué a mi habitación. Mi hermano dice que yo me quejaba de que me dolía mucho abajo y el vientre, una amiga que iba con él en el taxi dice que me preguntó qué había pasado; yo no sabía nada».
¿Me han violado?
Antes de irse a dormir recuerda haber ido al baño y luego de miccionar notar que sangraba, le escribió a Atuncar, le dijo que lo denunciaría y se quedó dormida. «Al despertar tenía varios mensajes de Atuncar, decía que yo, borracha, me había desnudado, que sí había pasado algo, pero que yo quería. Le dije que me había violado, que tenía semen en mi ropa interior y él me dijo que eso era imposible: «porque nadie terminó» y ahí es cuando comencé a sospechar que los 3 habían abusado de mí».

Motta también le escribió y le repitió que ella, ebria, se había quitado la ropa y les había pedido estar con ellos; desesperado le pidió hablar «los 4 y ahí decidimos qué se hace», le dijo que denuncié a Atuncar. Le pidió perdón por haberle fallado, le dijo que él no había hecho nada, pero que si ella iba a la policía lo sindicarían como cómplice y su abuelita sufriría. «Le dije por qué no me ayudaste si estaba mal y me dijo que él también estaba muy borracho».

Denuncia desatendida por pandemia
Ella habló con su madre y fueron a presentar la denuncia a la comisaría de Pueblo Nuevo de Chincha. En coordinación con la joven, la policía pudo detener a Motta y Barahona. Atuncar se dió a la fuga, porque, según él mismo le dijo a Barahona y Motta, policías de esa dependencia, amigos suyos, le había advertido que lo habían denunciado por violación sexual y pudo escapar; aún continúa en paradero desconocido.

Libres como el viento
El Centro de Emergencia Mujer de la comisaría de Pueblo Nuevo pidió prisión preventiva para los tres, sin embargo, todos están libres. Atuncar porque debido al soplo de malos efectivos policiales, fue advertido y puso pies en polvorosa saliendo de Chincha sin paradero conocido.

Barahona y Motta, sólo estuvieron encerrados 24 horas, la fiscal adjunta provincial, Estela Meza Benavides, los liberó con sendas órdenes: «[…] la presente libertad es por haber estado detenido al estar implicado en el delito contra la libertad sexual, violación en estado de inconsciencia». Un galimatías en toda regla.
Revictimización
Además de dejar en libertad a dos implicados en un caso de violación, la fiscal Meza Benavides revictimizó a la agraviada, preguntándole la frecuencia con la que bebe alcohol, si cuando estuvo sus «amigos» le propusieron tener sexo. El abogado defensor de los investigados hizo lo propio preguntándole por qué fue a casa de Barahona si se supone iba a un ‘quinceañero’; si Atuncar alguna vez se le había insinuado; cuánto habían bebido Motta y Barahona; si tenía enamorado.
¡Qué bonito eres Marcona!
Según la víctima, Atuncar se encontraría en Marcona porque una amiga suya ha visto sus estados en sus redes sociales y él dice estar allí, igual no es cierto, pero ella se lo ha comunicado a su abogada del Mimp, sin embargo, nada se ha podido hacer con esta información porque según le han dicho en la fiscalía: «Todo se ha detenido por la pandemia y sólo se están ocupando de los casos ocurridos desde el inicio del confinamiento, y lo mío pasó en febrero».

Con amigas y amigos así…
«Quienes se supone eran mis amigas y amigos de la universidad me han dado la espalda. Luego de ser puestos en libertad Motta y Barahona dieron su versión, varios me escribieron para decirme que retiré la denuncia. Una compañera publicó en su muro de Facebook la noticia que salió en el diario, pidiendo apoyo para ellos. A veces me siento mal porque he roto la armonía del grupo, pero yo no hice nada».
«No estoy bien, tengo miedo e ira todo el tiempo»
Ella está ahora con tratamiento psicológico y psiquiátrico, toma pastillas para dormir y para el control de la ira, desde lo ocurrido ni descansa, ni está en paz. «Me tuvieron que medicar porque no podía dormir y cuando lo hacía tenía la misma pesadilla siempre: me violaban una y otra vez, además, intenté hacerme daño. Ahora cuando me enojo pierdo el control, yo no era así, todo esto me tiene muy mal».
A ella, ahora, le cuesta salir de su casa, le han otorgado medidas de protección, pero teme encontrarse con sus agresores o con sus familias, a las que conoce y con las que tenía buena relación. «El día que vi llorar a la mamá de Motta en la comisaría me dio pena, ella siempre fue muy cariñosa conmigo. La mamá de Barahona me llamó y me dijo que entendía que me sintiese mal, pero que podíamos arreglar las cosas, nunca supe qué quiso decir».

Pruebas de la violación
Según el examen del médico legista ella «presenta lesiones traumáticas recientes en genitales externos» y según el examen psicológico tiene «problemas emocionales compatibles con experiencia negativa de tipo sexual».
Así que sí, ella fue abusada y los únicos que estaban presentes en ese lugar eran: Piero Motta de los Ríos, Johan Barahona Rivera y Jesús Atuncar Zavala, los dos últimos además, hombres que tienen una diferencia de 10 años de edad respecto a la víctima. Así que sí, los 3 son responsables por acción u omisión y no pueden escudarse en su ebriedad, menos decir que la víctima quería tener sexo con los tres, porque una persona ebria e inconsciente no puede consentir.
Testimonio
TeleoLeo.com pudo hablar con la joven y recabar su testimonio, extenso y doloroso. A ella le han arrebatado parte de su vida, la han roto, pero no la han destruido. Seis meses han pasado desde el ataque sufrido, la vida no es fácil, pero hay que seguir y sanar, y para sanar hay que reparar; y eso se logra cuidando el estado emocional de las víctimas y consiguiendo justicia para sus casos.
Ella no sólo ha sido violada la madrugada del 2 de febrero, sino también:
- Cuando los policías de la comisaría de Pueblo Nuevo ─según le dice Atuncar a sus amigos─ le avisan de que ha sido denunciado por violación sexual y eso le permite fugarse.
- Cuando la fiscal Meza Benavides deja libres a dos de los implicados, porque la joven no sabe a ciencia cierta si ellos también abusaron de ella, sin embargo, ellos estuvieron allí y no detuvieron la acción, viéndola ebria e inconsciente, por lo menos son cómplices.
- Cuando la fiscal Meza Benavides y el abogado de los implicados la revictimizan con sus preguntas fuera de lugar.
- Cuando la fiscalía le informa a la víctima que su caso está paralizado porque, por ahora, sólo están atendiendo casos ocurridos durante la pandemia.
- Cuando sus compañeras y compañeros de clase hacen escarnio de lo ocurrido y le dicen que retire la denuncia en contra de sus «amigos».
«Mi vida se ha alterado, trato de no socializar con chicos, siento que todos me señalan por haber sido violada, los primeros meses pensaba que yo era la culpable y debía dejar la denuncia, gracias al apoyo de mi madre continúo adelante. Por ahora las clases en la universidad han sido virtuales, pero un día en que uno de ellos intervino, yo me puse muy nerviosa, me asusté muchísimo y no quiero vivir así. Sólo quiero justicia».
No puedes colocar Imagenes de estos chicos, prácticamente asumiendo su culpa y revelando su identidadante ante la Sociedad, sin tener la certeza de que esta violacion haya sido por ellos o simplemente no, tener esta página no te da ese derecho. Esto es ilícito.
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