«Necesitamos ayuda para los 220 purusinos que aún estamos varados en Pucallpa, la mayoría sin trabajo desde que comenzó la pandemia, viviendo de donaciones y de la caridad de la gente. No podemos más». Desde mediados de marzo, cuando el gobierno peruano decretó el estado de emergencia e impidió la movilidad de las personas, miles de ciudadanos del interior quedaron atrapados en las grandes ciudades. Es lo que tiene ser un país centralista.
La gran ciudad, es Pucallpa, capital del gobierno regional Ucayali. Los atrapados, pobladores de comunidades nativas que viven en medio de la vasta y exótica selva amazónica, adonde sólo pueden acceder por vía aérea. Por eso estas personas, en su mayoría de la etnia Huni Kuin, necesitan vuelos humanitarios para volver a casa. «Aquí no tenemos ni para comer, en nuestra tierra, por lo menos, tenemos un techo y podemos pescar o cazar para subsistir», dijo Elio Salomón, líder Huni Kuin, a teleoLeo.com.

Desde el inicio de la pandemia 460 indígenas de las etnias Huni Kuin, Sharanahuas, Madija y Mastanahuas ─todas asentadas a orillas del río Purús en la frontera con Brasil─ se encontraban varados en Pucallpa. «Muchos estábamos aquí por trabajo, donde vivimos no hay nada y para ganar dinero tenemos que venir a la ciudad a trabajar. También hay estudiantes y gente que vino para ir al médico o hacer algún trámite» ─dice Elio Salomón.
Estas 460 personas eran : 225 adultos, 150 adolescentes y 85 niños. Actualmente 220 aún esperan para ser trasladados a sus comunidades.
Pasivos de la pandemia
El COVID está cobrando en los desfavorecidos de Perú, la desorganización institucional y la falta de un Estado que vele real y efectivamente por el bienestar de sus ciudadanos. Carecer de un sistema de salud público, potente y libre de corrupción ha causado que muchxs peruanxs hayan sufrido una mala o nula atención sanitaria. La informalidad laboral ─un 70% de la PEA es informal─ también agrava los efecto de la pandemia.
El COVID ha reorganizado las prioridades de muchxs y ha alterado la vida de todxs. En países como el Perú, también ha sido causa de retorno a casa, donde la palabra casa es un eufemismo, porque de lo que se trata es de volver al terruño de donde muchxs salieron para mejorar sus condiciones de vida y la de sus hijes. Ahora, la actual coyuntura sanitaria provoca que las ciudades los expectore dejándolos sin empleo, ni ocupación.
Volar a casa
El 22 de septiembre pasado, 140 purusinos, Huni Kuin, Madija y Mastanahuas; fueron retornados a su zona. En Pucallpa quedaron los que dieron positivo a la prueba rápida de COVID. Por su parte, debido a gestiones realizadas por la municipalidad provincial de Purús, el Gobierno Regional de Ucayali, La Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU) y otras instituciones privadas, se lograron cuatro vuelos humanitarios realizados por la Fuerza Aérea del Perú-FAP, a costo cero.
Hasta el momento en la región Ucayali se han registrado 16.280 contagiados de un total de 496.459 pobladores y 320 muertos.
«Lamentablemente, no todos los vuelos son humanitarios, también se han realizado vuelos cívicos a 70 soles, dinero que los varados no tienen. Instituciones privadas, como Somos Amazonia y ProPurus, han hecho un gran esfuerzo consiguiendo recursos para que estas personas puedan volver a casa; la única condición es que pasen las pruebas rápidas», afirma Jana Horakcova, investigadora y docente en la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía, desde hace 15 años.
Sin techo y sin comida
Según «Somos Amazonía«, iniciativa colectiva voluntaria de la Sociedad Civil, cuyo objetivo principal es ayudar a personas, familias y comunidades indígenas amazónicas de diversas regiones del Perú: «Los pobladores de las comunidades nativas varados en Pucallpa sufren escasez de alimentos y están hacinados en espacios con deficiencias en servicios de agua, luz y desagüe». Somos Amazonía también ha estado abocada en llevar ayuda a la comunidad Shipibo Coniba en Lima.
Parte de los que aún continúan varados en Pucallpa están refugiados en un albergue de la municipalidad provincial de Purús, este recinto ─reservado a los que llegan evacuados por temas de salud desde Purús─ a pesar, de tener capacidad para solo 8 familias ha llegado a cobijar a más de 40 familias, con lo cual no se ha podido garantizar un espacio digno y salubre para todos. Allí también reciben alimentos gracias al ministerio de Cultura, el gobierno regional de Ucayali y la municipalidad, pero sólo una vez al día.
Albergue de Purús en Yarinacocha, cerca del aeropuerto de Pucallpa
(Fotos: cortesía, Somos Amazonía)
Toda ayuda es bienvenida
«El Estado, está ayudando a través del ministerio de Cultura, del gobierno regional, de la municipalidad provincial de Ucayali e asociaciones privadas, así como el grupo de Aliados Ucayali y 150 voluntarios que vienen trabajando para apoyar a estos indígenas amazónicos que necesitan toda la ayuda que se les pueda proporcionar», asegura Ivan Brehaut, consultor en temas ambientales que también viene apoyando a estos ciudadanos purusinos.
(Fotos: cortesía, Ivan Brehaut)
El resto de indígenas amazónicos estuvieron en cuartos y casas alquiladas, hasta que pudieron pagar. Algunas ONGs les han proporcionado alimentos y medicamentos, pero estas ayudas no son suficientes. Casi el 80% de varados ha estado contagiado. «Necesitamos las donaciones, necesitamos que se solidaricen con nosotros, pero necesitamos más porque no tenemos nada; ya no nos queda dinero ni para comer. También necesitamos medicinas», asegura el líder Huni Kuin, Elio Salomón.
Prioridades
Es primordial que los 220 indígenas amazónicos que continúan varados en Pucallpa puedan retornar a sus comunidades, a sus casas, pero a partir de allí se presentan otros problemas: su subsistencia y el acceso a la salud. «Según me informó un jefe de una de las comunidades Huni Kuin más grande ─cuenta con 190 integrantes─ el 30% de pobladores está contagiado de COVID y no tienen dinero para comprar medicamentos, sólo tienen sus plantas medicinales» ─afirma Jana Horakcova.
Según la información actualizada del último censo, toda la provincia de Purús tiene únicamente 7 postas de salud, ningún hospital y sólo 10 camas para el internamiento de enfermos de todo tipo.
Otro problema que se les presenta a estas comunidades es la enseñanza escolar, en esta sentido, la pandemia también ha visibilizado el peligro de no tener un Estado omnipresente y como afecta esto en la vida de niñas, niños y adolescentes. Según Ivan Brehaut: «Las y los escolares de esta zona ya perdieron el año escolar, pues no han podido seguir «Yo aprendo en casa»; no tienen medios para hacerlo, la tablets prometidas por el gobierno nunca llegaron y encima no hay cobertura de internet».
Según Osiptel, ente regulador de las telecomunicaciones en Perú, en toda la provincia de Purús no hay señal de internet
«Yo aprendo en casa» es el programa del Ministerio de Educación para que estudiantes de todo el Perú continúen con la currícula escolar desde casa. El propio presidente Martín Vizcarra ofreció hacer llegar tablets solares a las y los estudiantes más desfavorecidos para que no perdieran el año escolar, pero hasta ahora nada. El gobierno, además, al crear este programa no contó con que no todo el territorio peruano tiene conexión a internet. Y, específicamente, las regiones Ucayali y Loreto acusan mayor deficiencia.
(Fotos: cortesía Jana Horakcova)
Sin internet no hay bono
Durante la pandemia, el gobierno ha dado dos bonos de ayuda a la población, el bono familiar y el bono rural de 760 soles, pero sólo podían cobrarlo los inscritos en el padrón del último censo. «Para los integrantes de la comunidades nativas de Purús, la inscripción debía hacerse por internet, pero aquí no hay cobertura, ni para celulares: ¿y si los varados un Pucallpa no tenían dinero ni para pagar su saldo de teléfono, cómo podían inscribirse?», se pregunta Horakcova.
Reportaje fotográfico de Jana Horakcova, sobre la vida en Purús
Migración de comunidades nativas
Las comunidades nativas amazónicas necesitan una mirada más amable del Estado, necesitan ser visibilizadas, el maltrato recibido en su propia patria está logrando que muchxs pobladores migren hacia Brasil donde tienen escuelas y atención sanitaria; y eso genera el despoblamiento de una frontera importante, la migración de sabiduría ancestral y con ella la pérdida del conocimiento del lugar y de sus tesoros, como el uso de las plantas medicinales.
Los Huni Kuin necesitan nuestra ayuda. «Somos Amazonía» viene realizando una colecta para pagar el traslado de los varados en Pucallpa hacia sus comunidades, pero también necesitan alimentos, así como, medicinas para tratar a sus enfermos cuando vuelvan a casa. De nuestra colaboración depende que ellos puedan salir adelante.

Desde Perú también puedes ‘yapear’ al 948 582 079