Escrito por: Leonor Pérez-Durand
El 3 de septiembre pasado, 4 hombres fueron presuntamente asesinados dentro de la mina Poderosa, en Trujillo, Perú. Tres de ellos eran adolescentes, sólo uno era mayor de edad. Los familiares acusan a los guardias de seguridad de haberlos asesinado. La falta de transparencia en las investigaciones podrían no ayudar a esclarecer lo ocurrido
«El ‘primerito’ en ser ejecutado ha sido tu hermano, lo redujeron disparándole». Así le dijo a María Rubio, un joven sobreviviente del presunto cuádruple asesinato. María Rubio es hermana de Yoner Rubio ─uno de los presuntos asesinados─ Yoner tenía 32 años, era minero desde los 16, trabajaba para un service de Poderosa y tenía dos hijos pequeños.
En fotos enviadas a teleoLeo.com, se aprecian perforaciones en uno de los brazos, de Yoner Rubio, la falta de masa encefálica y un pie seccionado. Según Roberto Vera, fiscal de la Fiscalía Provincial Mixta Corporativa de Pataz, Yoner no tiene herida de bala y el corte del pie se lo hizo el médico legista. Sin embargo, un médico forense particular dice que las heridas del brazo son de bala y el corte del pie es anterior al examen.
«A los demás también les dispararon, pero el primero fue Yoner porque al ser más grande intentó defendernos» ─aseguró el testigo a María. Además, según este joven, que se encuentra escondido y aterrado por las posibles represalias de las que pudiese ser objeto, los 4 fueron torturados y baleados por los guardias de seguridad de la mina so pretexto de que habrían entrado a sacar oro.
TeleoLeo.com, publicó este caso, por primera vez, el 15 de septiembre pasado, desde esa fecha ha intentado obtener la versión de los directivos de Poderosa, sin embargo, a pesar de haber enviado varios mails, esto no ha sido posible. En las investigaciones los representantes de Poderosa han manifestado que los jóvenes entraron a robar y cuando fueron sorprendidos corrieron, cayeron en el hueco de la chimenea y murieron.
Sin embargo, en la inspección realizada a la mina Poderosa los peritos de criminalística de la ciudad de Trujillo encontraron «3 casquillos de escopeta calibre 12 y 9 proyectiles, perdigones de cartucho de escopeta». Llama la atención que en una investigación por «presunto delito contra la vida el cuerpo y la salud», el análisis de la escena del presunto crimen tarde 9 días en realizarse. ¿Esto es normal?

En su informe los peritos de criminalística también dicen que no hay impactos de bala en las paredes de la «escena» y arguyen que esto podría ser porque se trata de una zona rocosa, sin embargo, ¿también podría ser porque talvez los disparos fueron directos a los 4 jóvenes muertos? Queda por confirmar con la DICSCAMEC si el tipo de escopetas utilizadas por los guardias de Poderosa coinciden con los casquillos encontrados.

«Mi hermano entró a Poderosa a trabajar. Él entró allí por orden del contratista para el que trabajaba, ahora ese señor no me quiere dar su certificado de trabajo, teme que Poderosa lo culpe a él de las muertes. Pero son los vigilantes de la mina los que torturaron y apretaron el gatillo, y es Poderosa la que debe responder por sus vidas. Mi hermano era padre de dos niños» ─afirmó María la primera vez que la entrevisté.
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Balacera, ¿cuál balacera?
El día 4 de septiembre, María Rubio fue a la Morgue Central de Trujillo, su hermano, junto con otra de las víctimas, Gerson Altamirano Quezada (17) fueron trasladados para ser examinados. Los familiares de los otros dos muertos se opusieron a su trasladado, temían no poder recuperarlos. En la morgue, el fiscal Roberto Vera, le dijo a Rubio que en la mina había habido una balacera.
Luego, vía llamada telefónica, el fiscal Vera le dijo a María Rubio que no había habido balacera, ni tortura y que las lesiones que presentaban los cuerpos, como la falta de masa encefálica, podría estar relacionada con la caída que sufrieron.
En la necropsia de su hermano, María advirtió que no se mencionaba nada de los balazos que habría recibido ─según le dijo el sobreviviente el ataque─ y que sin haberle hecho ningún examen de sangre para ver si encontraban restos de plomo, el médico legista decía que la muerte era por politraumatismo causado por la caída; como ella protestó, le dijeron que harían análisis más exhaustivos y le darían los resultados en 15 días.

Treinta y nueve días han pasado y María Rubio no tiene el resultado de la necropsia de su hermano. «En la morgue dijeron que la fiscal a cargo del caso, Rosa Condor Olortiga (fiscal adjunta provincial de la Fiscalía Provincial Mixta Corporativa de Pataz), tenía que autorizar la entrega del documento, la llamé y le pedí la autorización, pero me dijo que la deje trabajar. Hasta el día de hoy no me han entregado nada».
Médico legista le dice al fiscal cómo hacer su trabajo
En la autopsia de Gerson Altamirano, el médico legista también dijo que la muerte fue producto de politraumatismo y, a pesar, que la fiscalía pedía la asistencia de un perito de criminalística en el procedimiento, su presencia fue rechazada por el médico legista delante del propio fiscal Roberto Vera. ¿Es normal que en la investigación de un posible homicidio, el médico legista le diga al fiscal cómo realizar la diligencia?
«No es necesaria la participación del perito de balística en la necropsia en el cuerpo de Gerson Altamirano porque la causa de su muerte no tiene relación con proyectiles de armas de fuego» ─dijo el médico legista, Miguel Ángel Medina Oré, y señaló que la causa de la muerte era: «Politraumatismo con ausencia de macizo facial y múltiples escoriaciones».
«Con este diagnóstico ya no es necesaria la presencia del perito balístico» ─dijo el fiscal provincial Roberto Vera, entonces: 1.- ¿Cómo se explica que el único sobreviviente diga que sí hubo disparos, 2.- ¿Que los peritos de criminalística encontrasen 13 casquillos de bala y ninguno hubiese impactado en las paredes de la mina? 3.-¿Cuál o quién fue el blanco de esas balas? 4.- ¿Por qué no se entrega a María Rubio la necropsia de su hermano?

Otra de las preguntas que genera el estado de los cuerpos, algunos mutilados e incompletos según afirman sus familiares, es que según lo encontrado por los peritos dentro de la mina, estas personas al precipitarse por la chimenea habrían caído sobre una manta plástica que impidió que se estamparan contra el suelo: ¿es posible que si no cayeron sobre una superficie dura, hayan sufrido los daños que han sufrido?
Necropsia por sospecha de homicidio se realiza con peritos
Hay necropsias de dos tipos, las clínicas y las médico legales, estas últimas se realizan en caso de sospecha de actos de criminalidad y en ellas se examina cavidades como la craneal, la torácica, abdominal y pélvica, también se obtienen muestras de tejidos que son estudiados bajo el microscopio. Adicionalmente se obtienen secreciones y líquidos corporales para el estudio químico toxicológico.
Según el proyecto de ley que modifica el artículo 196 del Código Procesal Penal respecto a cuándo y cómo realizar necropsias durante la pandemia, estas se realizarán cuando se sospeche la comisión de un delito contra la vida el cuerpo y la salud, además, «deben ser practicada por peritos y pueden asistir los abogados de las partes procesales e incluso acreditar peritos de parte».
Amenazas de muerte
María Rubio dice que no parará hasta obtener justicia para su hermano y los otros tres adolescentes encontrados muertos en la mina Poderosa; por su determinación ella ya ha sido víctima de amenazas. «Me llaman, me dicen que me matarán, me han seguido en moto, han dicho que me tienen que sacar de circulación y no me extraña; aquí se han cometido 4 asesinatos y los responsables tienen que pagar sean quienes sean».
Estos posibles asesinatos, como todos, deben ser investigados de manera acuciosa y transparente, por el momento ninguna de estas condiciones parece cumplirse. La lucha de María Rubio y de los familiares de las otras víctimas es la de David contra Goliat, lo peor es que con agentes policiales y de justicia proclives a la corrupción, a veces, los procesos que implican a poderosos terminan con sobres de dinero y casos sin resolver. Esperemos que este no sea el caso y se haga justicia caiga quien caiga
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