El periodismo activista es el que vuelve al origen de los tiempos, escribir para cambiar las cosas, para mejorar la vida de la gente. Y el periodismo que se confiesa feminista y activista es el que ejercemos aquelles que hemos decidido politizar los hechos para forzar el respeto a nuestras vidas y a nuestros cuerpos, para mejorar la posición de mujeres y diversidades en este sistema patriarcal que nos consume. @FemLatam me invitó a escribir esta nota rebatiendo los argumentos de dos periodistas peruanos en la que se asume que el periodismo, el feminismo y el activismo no pueden servirse en el mismo plato. Y no pude decir que no
Por Leonor Pérez-Durand
En los tiempos que corren el periodismo no se puede limitar a explicar historias, también debe posicionarse y actuar para cambiar cosas. Así como no basta con no ser racista, hay que ser antirracista -lo cual implica acción-. No basta con ser periodista y declararse feminista, nuestro trabajo además debe generar reflexión y acción.
En una entrevista realizada por Augusto Álvarez Rodrich a la periodista Paola Ugaz, a la que admiro por su trabajo en la investigación de los abusos cometidos contra niños y adolescentes por la orden religiosa del Sodalicio de Vida Cristiana, ambos tomaron como pretexto el libro “Será que soy Feminista”, escrito por la conocida periodista mexicana Alma Guillermoprieto, para hablar sobre el feminismo y el activismo dentro del periodismo, y hablaron mal.
«En su libro Guillermoprieto reflexiona sobre sus últimos 30 años de carrera preguntándose la importancia del feminismo, pero también de la…
Ver la entrada original 2.040 palabras más