Si 9 de cada 10 personas afectadas por fibromialgia son mujeres y por eso se la considera una patología «femenina», ser discriminada laboralmente por sufrirla ¿no tendría que ser considerado por la justicia como violencia de género?
Escrito por: Leonor Pérez-Durand
Marcela Velásquez, empleada del Banco Falabella, perteneciente a la trasnacional chilena, Saga Falabella, brega hace algunos años con denuncias presentadas contra el grupo empresarial y algunos directivos. Ella los denuncia por violencia de género en el ámbito laboral y levantamiento del secreto bancario. El caso de violencia de género ha sido archivado 3 veces, el de levantamiento bancario sigue su curso.
Marcela Velásquez ingreso a trabajar al banco en 2008, en 2010 se afilió al Sindicato de Trabajadores SINTRABAF y, según asegura, su actividad comprometida con las y los trabajadores la hizo escalar posiciones rápidamente, hasta llegar en poco tiempo a convertirse en Secretaria de Defensa del sindicato. Eso, dijo a teleoLeo.com, no habría gustado a sus empleadores y a partir de allí comenzaron a hostigarla.
Ataques de pánico
«El gerente de mi área me vigilaba todo el tiempo, me sentía siempre observada y era desesperante, yo era muy buena trabajadora y como no podían llamarme la atención por mi trabajo, ni por mi rendimiento que era uno de los mejores, pues me hostigaban. No les gustaba que mi voz fueran tan potente para defender a mis compañeros». Esto fue motivo de estrés para Marcela quien llegó a tener ataques de pánico.
Mediante justificación médica Marcela Velásquez comunicó a sus superiores que no podía seguir atendiendo al público. «Cuando se los dije le preguntaron a mi médico si eso era cierto. Cuando confirmaron el diagnóstico me dijeron que no iba a atender al publico, pero me dejaron en mi escritorio a la vista de los clientes, sin labor alguna, me pusieron a cortar papel todo el día. Fue muy duro para mí».
Encerrada y sin trabajo 12 horas cada día
En 2017 Marcela comunicó al banco que sufría de fibromialgia grave, ese fue el momento en el que, según explica, la trasladaron a un pequeño almacén. «Me metieron en un pequeño cuarto donde guardaban las cosas de limpieza, allí entraban media docena de personas al día, no tenía ni baño, tampoco no me dieron responsabilidad alguna, iba de 10 am a 10 pm a no hacer nada. Muchos días me la pasaba llorando».
«Uso abusivo del poder». Así describe SUNAFIL la situación de Marcela Velásquez, ejecutiva comercial del Banco Falabella. Ella sufre de fibromialgia y trastorno depresivo severo, el informe médico de la empresa recomendaba un cambio de responsabilidades y fue recluida en un almacén sin labor alguna, «menoscabando su condición de ser humano», asegura SUNAFIL.

Levantamiento bancario porque yo ordenó y mando
Marcela Velásquez denunció ante la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) todas las situaciones que ella consideró abusivas por parte de la empresa y de los jefes que tuvo. Ferry Bedregal Escobedo es uno de los denunciados por haberle levantado el secreto bancario en medio de una inspección de la SUNAFIL. «Por esta denuncia el Banco Falabella debe pagar 148.000 mil soles de multa y Bedregal, infrigiendo las normas internas del banco ha sido ascendido a Gerente de Recursos Humanos. No entiendo», asegura Marcela.
Tanto Indecopi como la Superintendencia Nacional de Banca y Seguros (SBS) fallaron a favor de Marcela por esta denuncia por la que el banco ya ha sido sancionado, sin embargo el caso no está cerrado porque ella también ha denunciado a Bedregal, que fue quien según afirma, habría dado la orden para que se le levante el secreto bancario. «Yo le increpé a Bedregal por haberse metido en mis cuentas y él me dijo muy tranquilo que él no había hecho nada malo».
Marcela Velázquez es ahora una mujer con una discapacidad severa debido a las enfermedades que sufre, la más grave de ellas, la fibromialgia que la somete a jornadas enteras de dolor y sufrimiento.

Testimonio
Mariella Velásquez, además de ejecutiva comercial del Banco Falabella, también asegura haber sido especialista de crédito vehicular. Luego, en medio de lo que denuncia como «hostigamiento», le quitaron el segundo puesto, «me dijeron que el cargo nunca existió y me dejaron como ejecutiva comercial, hasta ahora». Esta es una de las cosas que Marcela explica en el testimonio que brindó a teleoLeo.com.
Violencia de género en el ámbito laboral
En 2019, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) creo el Convenio sobre la Violencia y el Acoso que entra en vigencia el 25 de junio de 2021. Entre los cinco países firmantes no se encuentra el Perú. El primero en ratificarlo fue Uruguay en junio de 2020, otro país Latinoamericano firmante es Argentina y lo hizo en febrero de 2021.
Artículo 1:
a) la expresión «violencia y acoso» en el mundo del trabajo designa un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, o de amenazas de tales comportamientos y prácticas, ya sea que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tengan por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género, y
b) la expresión «violencia y acoso por razón de género» designa la violencia y el acoso que van dirigidos contra las personas por razón de su sexo o género, o que afectan de manera desproporcionada a personas de un sexo o género determinado, e incluye el acoso sexual.
¿Cómo un país como el Perú, con una alta tasa de feminicidios y de delitos por cuestión de género, cometidos en todos los ámbitos no ratifica este convenio de la OIT, con el cual se pretende acabar con las malas prácticas cometidas por las empresas en contra de las trabajadoras?
Nivel experto
En declaraciones ofrecidas al diario Gestión en 2016 el doctor Miguel Llorente, profesor de medicina legal de la Universidad de Granada, España, manifestó que en Perú alrededor del 30% de mujeres trabajadoras había sufrido violencia de género y aseguraba «que los empleadores deben identificarla para brindar apoyo a la víctima». También recomendaba implementar programas de prevención y protección.
¿Pero qué pasa cuando es la empresa, con sus políticas, la que podría promover los actos de violencia de género y en qué casos se podría decir que está ocurre?
Según Llorente, las trabajadoras pueden sufrir acoso sexual o laboral o lo que actualmente se llama mobbing: acoso ejercido contra una o un trabajador por parte de sus compañeros o jefes; cuando es por parte de los últimos generalmente tiene como objetivo que el trabajador o trabajadora renuncie a un cargo o a la empresa, porque su presencia, por ejemplo, podría significar asumir condiciones que no quieren.
¿Tener fibromialgia puede ser motivo para que un empleador «desaprensivo» quiera deshacerse de una trabajadora?
Posiblemente sí, pues la fribromialgia, enfermedad que en su mayoría ataca a mujeres, es incurable y puede incapacitar a quien la sufre, como ya lo ha hecho con Marcela. Por lo que ella cuenta, no fue querida en el banco desde su afiliación sindical, luego llegarían sus crisis de pánico y dolor ; y por último, según asegura, debido a que la empresa no siguió las recomendaciones médicas su estado se agravó.
Por todo lo vivido por Marcela Velásquez en el Banco Falabella y por todas las pruebas que tiene al respecto y que ha presentado ante la fiscalía correspondiente, es una enorme incógnita que el Ministerio Público haya rechazado hasta en 3 oportunidades su denuncia por violencia de género en el ámbito laboral y que el MIMP también haya trasladado su caso al Ministerio de Trabajo.
Fibromialgia: cosa de mujeres
El 90% de las personas diagnósticadas con fibormialgia son mujeres. Esta enfermedad se caracteriza por el padecimiento de dolor crónico, quienes la sufren afirman que hay días en que les duele hasta la raíz de los cabellos y en los que levantarse de la cama es imposible. Según los estudios médicos la fibromialgia en su etapa más severa puede impedir trabajar a quienes la sufren.
Por otro lado, al ser una enfermedad femenina y causa de incapacidad laboral, es una da las enfermedades que debe ser analizada desde el enfoque de género, es decir, las mujeres trabajadoras con este diagnóstico que son víctimas de hostigamiento o de trato vejatorio en sus centros de trabajo, deberían ser considerados inmediatamente como víctimas de violencia de género.
Y el Ministerio de Trabajo así lo entiende, pues cuando Marcela presenta su denuncia ante ellos, este organismo la deriva a la fiscalía de familia. Es la fiscalía, otra vez, la que en este caso como en algunos otros, ordena el archivo de la causa. En el caso de Marcela su denuncia ha sido archivada 3 veces.
Los operadores de justicia deben tener claro que hay una normativa nacional para los casos de violencia de género, la ley 30364 que asegura que es violencia de género todo acto cometido en contra de una mujer por el hecho de serlo, tanto en el ámbito publico como el privado. Además hay convenios, como el de Belem do Pará, del cual Perú es firmante, que protege a la mujer tanto en el ámbito privado como el público.

Testigo de excepción
Según el Secretario General de SINTRABAF, Alfredo Alejos, todas las denuncias de Marcela Velásquez son ciertas y exige que se haga justicia porque, según afirma, corroborando también lo dicho por ella: «Marcela no es la única a la que la empresa trata mal sólo por ser mujeres». Alejos espera que la denuncia publica de este caso sirva para la empresa recapacite y actúe bien.
Las brechas de género laborales no sólo son económicas
Según refiere Marcela Velásquez, ninguno de los hombre que trabajan en el Banco Falabella han sido maltratados, ninguno tampoco ha visto deteriorada su salud física, mental o emocional desde que labora en ese lugar. Según una inspectora de trabajo con la que teleoLeo.com ha tenido la oportunidad de hablar, normalmente los hombres no son hostigados por los jefes, son las mujeres en su mayoría las que padecen todo tipo de acoso y de maltrato.
Según informe de la CIDH: «Las mujeres deben tener la oportunidad de superar la pobreza junto con sus familias a través de la generación de trabajo decente, que les permita contar con empleos productivos y remunerados en condiciones de libertad, seguridad y dignidad humana». Marcela Velásquez, lamentablemente, no ha podido trabajar en esas condiciones.
Pero como ya dijimos antes, en el Banco Falabella, según denuncian Marcela Velásquez y Alfredo Alejos, ambos en su calidad de dirigentes del sindicato SINTRABAF, el caso de Marcela no es el único. TeleoLeo.com ya ha recibido algunos testimonios más que estaremos publicando en los próximos días.