Escrito por: Leonor Pérez-Durand
Flor de Retama, en Perú; ginesta en Catalunya. Ricardo Dolorier, profesor universitario la hizo huayno, Joan Manuel Serrat la menciona en uno de sus más populares temas, «Mediterráneo». En Perú terruqueada, en Catalunya esperada cada primavera
En Perú y Catalunya he crecido y hecho vida, en el segundo ya tengo raíz y desde aquí veo con dolor mi tierra natal, adormecida por la manipulación de aquellos que inoculan en el pueblo el miedo a políticas sociales que beneficiarían a todos. Y lo han hecho tan bien y por tanto tiempo que han logrado que sus adoctrinados prefieran que los gobierne alguien con causas pendientes con la justicia, creyendo que votar por ella es defender la democracia y la libertad.
«Flor de retama» decía, es una flor sencilla y bella por su humildad, pero recia, crece en las márgenes de los caminos sin que nadie intervenga en ello, sólo crece y alegra mis trayectos en carretera. Pero para el profesor Dolorier, como para Serrat, su «amarillito, amarillando» han sido inspiración. El primero para hacer duelo y el segundo para cantarle a la vida, porque así pasa, porque la vida es y siempre ha sido contradicción pura y dura.
Historia
En 1969, el único gobierno militar de izquierdas de América Latina, el de Juan Velasco Alvarado, un año después de estar en el poder, eliminó la gratuidad de la enseñanza, estableciendo una penalización monetaria para los estudiantes que reprobasen un curso. La medida levantó en protesta a los estudiantes más pobres de Ayacucho, zona campesina y deprimida del país.
La unidad policial de los Sinchis fue la encargada de reprimir lo que luego se conocería como «la Rebelión de Huanta». Según fuentes oficiales, las «fuerzas del orden» mataron a 20 estudiantes; según fuentes extraofixiales, a más de 100. La sangre derramada hizo retroceder en el castigo al gobierno de Velasco. Sin embargo, 20, 100 o 1, ya eran demasiadas vidas perdidas, demasiado llanto.
Para exorcisar el dolor y la rabia, el profesor de la universidad La Cantuta, Ricardo Dolorier escribió un huayo muy sentido: «Flor de Retama». Según declaraciones de Dolorier, la canción la compusó una noche en que se dirigía a casa del poeta Oswaldo Reynoso y en el camino había muchas flores «amarillito, amarillando», dice que al llegar a la cita, le cantó el huayno completo al bate y nació la hoy estigmatizada y terruqueada «Flor de Retama».
«Flor de Retama», por su origen, se convirtió en himno presente en las protestas del interior del país, así que en 1980, al aparecer Sendero Luminoso, también en Ayacucho, se apropia de la canción y a partir de allí, la derecha peruana afirma que la canción hace apología del terrorismo. Y así llegamos al 2021 con una derecha bruta y achorada que esparce mi…da con ventilador.
Esa derecha que compra medios y voluntades y que impone el discurso, tiene la osadía, a través de una de sus cloacas mediáticas y una de sus periodistas emblemáticas, la que llama al «general del aire» cuando tiene problemas, la que tiene el encargo de decirle a la gran cantante del floklore peruano y conocida interprete del tema, que canta una canción de «terrucos». Llamarse periodista y repetir lo que dice la patronal sin cuestionamientos, es tener oficio de loro, nada más.
Ahora que en segunda vuelta un candidato de izquierda radical, comunista, chavista -como le llaman los contrarios- tiene posibilidades de ganar a la candidata marcada por la corrupción y crímenes varios, no por nada la fiscalía pide para ella 30 años de prisión y, entre otros, la acusa también de pertenencia a banda criminal; ahora los que ven como se les resbala el mango de la sartén vuelven con el terruqueo a diestra y siniestra.
Esta nota iba a ser un post de Facebook, pero me fui animando mientras escuchaba esta hermosa versión de «Flor de Retama», que me llegó al buzón de mensajes. No he podido más que sentir una profunda pena porque poco más de 50 años han pasado y las luchas siguen siendo las mismas. Gracias Cristian Vergara por el envío.
La derecha más a la derecha de KK
Este 8 de mayo, en un mitín el excandidato Rafael López Aliaga, el hombre que dice que la virgen María es «un hembrón», que se latiga cada día para estar más cerca del cielo, pero que no paga su deuda tributaria para que los pobres del país puedan tener mejores servicios, el mismo que iba a poner a las niñas embarazadas en hoteles 5 estrellas con piscina para que parieran y diesen en adopción a las criaturas, ese señor en un mitín dado este 8 de mayo remata diciendo: «Muerte al comunismo, muerta a Castillo y a Cerrón» y nadie ha salido a rasgarse las vestiduras, a gritar cuánto odio, a acusarlo de instigar al asesinato.
Nunca más osada la maldad, nunca más asquerosa la manera de querer derrotar al contrincante, nunca más turbia la campaña que terruquea todo lo que no responde a sus intereses. Desde la Colonia, Lima, la ciudad de los mestizos descendientes del conquistador, ha acaparado todos los poderes del país y ha relegado las necesidades del interior y de los más pobres y las y los privilegiados que viven cercados por rejas cual prisioneros de su bienestar, no quieren que los más pobres y vulnerables traspasen los límites que ellos llevan años poniéndole.