En lo que va del año han sido asesinadas 10 trabajadoras sexuales, por no pagar cupos. En 2022 más de 70. La impunidad con la que operan las mafias, se debe a la estigmatización y a la discriminación de la que son víctimas por parte de las instituciones del Estado
Texto e investigación: Leonor Pérez-Durand/Periodista
«Me están extorsionando, quieren que les pague cupo para dejarme trabajar, yo me he negado y por eso hace unos días me encañonaron y me dijeron que sabían donde vivía y que si no les pagaba me matarían. Tienen hasta mi número de teléfono. Estoy muy asustada».
Este es el relato de una mujer de 50 años, Ana la llamaremos. Ella se dedica al trabajo sexual en el distrito de La Victoria en Lima, Perú. Dice que ya está cansada, que quiere dedicarse a otra cosa, pero no tiene dinero para montar un negocio y quiere trabajar: «Tengo un hijo que mantener y tengo que pagarle sus estudios, no puedo estar sin hacer nada».
El día 6 de febrero de este año, denunció ante la DEPINCRI ser víctima de delito contra el patrimonio en la modalidad de extorsión agravada. Ante la policía declaró que dos hombres la extorsionaban conminándola a pagar 30 soles diarios por dejarla trabajar. «Uno es alto moreno, él sólo cobra y amenaza; el otro es un chato y gordo, él es el sicario, siempre va armado. Él es el que mata».
Ana dice que desde que tiene 30 años se dedica al trabajo sexual, «lo deje un tiempo por enfermedad, pero luego tuve que volver porque tenía que mantenerme y mantener a mi hijo, su padre no paga pensión, sólo lo alimenta, pero mi hijo además se viste y estudia y yo sola me hago cargo»; pero desde hace un tiempo las cosas se han complicado por mafias que extorsionan y matan si no se les paga el cupo que piden.
«Hace 15 días la pareja del chato reunió a las mujeres de mi zona y nos dijo que a partir de ese día teníamos que pagarles 30 soles diarios para poder trabajar y que si no lo hacíamos debíamos atenernos a las consecuencias. Pero yo no puedo pagar, no gano para eso, me van a matar, como a tantas otras. Tengo mucho miedo».
Y el miedo de Ana se justifica porque hace un mes a un compañera suya que no quiso pegar le dieron un tiro en la pierna. «A mí me han llamado por teléfono, me han enviado mensajes para presionarme, yo ya no quiero trabajar así, todo está muy peligroso ahora, pero si no lo hago qué como, yo no estoy sola, tengo que trabajar para mantener a mi hijo».
Los extorsionadores les han dado un número de cuenta para que cada una de las mujeres les ingrese 30 soles diarios y si no, como ya les dijeron, se deberán atener a las consecuencias y eso significa desde quedar heridas de bala hasta ser asesinadas.

Denuncia policial
teleoLeo.com ha hablado con el policía que tomó la denuncia de Ana, nos ha dicho que el caso está en la fiscalía, pero que no le pueden ofrecer medidas de protección porque no han podido identificar a quienes las extorsionan, sin embargo, además, de la descripción de los hombres que la extorsionan y amenazan, Ana ha proporcionado la matrícula de la moto que usaron para el balazo en la pierna a su compañera, según el efectivo, la moto está registrada en provincia y no han podido ubicar al dueño.
«El caso está ya en la fiscal, pero es un caso bien complejo como varios cosas de la zona, si ella no quisiera pagar de repente no iría a trabajar, además, ella tampoco no quiere denunciar haciendo frente y nosotros no podemos intervenir a esas personas sin que ella los identifique. Tiene miedo, no quiere dar la cara y se entiende. Tampoco no hemos podido identificar al propietario de la cuenta bancaria que le han dado a ellas y sus compañeras para ingresar el dinero», agrega el efectivo.
Pero no ir a trabajar no es opción para estas mujeres porque si no no lo hacen también las obligan a pagar bajo ameneza
Amenazada y sin protección
También le preguntamos al policía si la denuncia no generaba unas medidas de protección, según el efectivo no hay nadie identificado así que no hay contra quien dirigir las medidas, «y ella está ejerciendo el meretricio clandestino y ahí los fiscales tendrán que valorar las medidas de protección en ese sentido, pues al estar en ese mundo se exponen a muchas cosas, a extorsión o a un cliente que sea una persona enferma».
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El trabajo sexual no es delito
Sin embargo, en Perú, el trabajo sexual no es delito pues no está tipificado como tal en el Código Penal, lo que es delito es el proxenetismo, que es obtener retribución económica por la explotación sexual de una persona. Por otro lado, una trabajadora sexual no «se expone», no son ellas las responsables de ser extorsionadas, heridas o asesinadas. Es necesario que desde las instituciones se acabe con la estigmatización de estas mujeres y se atienda sus denuncias de manera adecuada y efectiva, porque literalmente: les va la vida en ello.
La afirmación el efectivo policial tendría que ver con el operativo realizado por el alcalde de El Agustino, Richard Soria, quien hostigó, estigmatizó y mostró a diversas trabajadoras sexuales a las que amenazó con perseguir y denunciar a «la policía de extranjería» si volvían al distrito.
Ante el trato vejatorio del alcalde y sus afirmaciones, respecto a que iba a ser implacable contra las trabajadoras sexuales por su labor, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables le contestó a Soria, que en el Perú el trabajo sexual no es delito y por lo tanto su persecución es ilegal.
Investigación sobre el terreno
También le preguntamos al policía si ahora que Ana ha denunciado no han contemplado que haya patrullaje policial en la zona, con policías que puedan ir de incógnito para investigar y encontrar a quienes la amenazan y su respuesta fue: «Lo que pasa es que la seguridad policial está para que ellas no ejerzan. Actuamos, ya hay varios sicarios presos, pero con la llegada de venezolanos han desplazado a los proxenetas peruanos, que también los hay obviamente», contestó. Esta respuesta confirma la desprotección que sufren las trabajadoras sexuales por el hecho de serlo.
«Sobre la prostituta recae el estigma social. Ella es el centro del escándalo, la discriminación y la responsabilidad de los males. Así respecto de la justicia criminal, la prostituta es la proscrita sospechosa; respecto de la salud pública es el agente sospechoso de transmisión de enfermedades; respecto de la moral pública es el centro de la perversión y desde el punto de vista social objeto de necesaria rehabilitación».
«Y el tema es polémico porque a pesar que en el Perú, la prostitución no es considerada un delito por la ley, y porque a pesar que son muchas las personas que realizan estas actividades como una forma de sustento y de vida, no se encuentra reglamentada de manera clara y concreta».
Prostitución Legal, Ilegal y Clandestina en el Perú.
Comentario sobre algunas precisiones del Tribunal
Constitucional.
Por: Hugo Müller Solón
Onusida: «Estamos profundamente preocupados» por los asesinatos de trabajadoras sexuales
Respecto a la problemática que afrontan actualmente las trabajadoras sexuales en Perú donde debido a resistirse al pago de cupos son asesinadas, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) acaba de manifestar su «profunda preocupación» por el incremento de asesinatos, secuestros y desapariciones de trabajadoras sexuales tanto cis, como transgénero..
Según un comunicado la oficina regional de Onusida, con sede en Panamá, en lo que va del año 2023, más de diez mujeres trans y cisgénero han sido asesinadas en Perú, todas «en ataques relacionados con el cobro de cuotas de trabajo sexual por parte de mafias de proxenetas». Onusida también ha señalado que tanto en Perú como en otros países de la región, todas las trabajadoras sexuales «son víctimas de discriminación, acoso y son criminalizadas por parte de diferentes autoridades, a pesar de que el trabajo sexual no está criminalizado».
Según un estudio publicado en 2021 por la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (Redtrasex), entre 2016 y 2021 hubo al menos 1.200 casos de vulneración de derechos de trabajadoras sexuales en 15 países de la región. La criminalización, la discriminación y el estigmas incrementan los niveles de violencia que puede llegar a sufrir una trabajadora sexual: entre el 45% y el 75% son agredidas al menos una vez en su vida.
Rosas Mujeres de Lucha Perú
Según la representante de la Organización, Rosas Mujeres de Lucha Perú, Leída portal tapia, este jueves 16 de febrero, 4 trabajadoras sexuales fueron asesinadas en todo el Perú y ante este grado de violencia y desprotección por parte de instituciones, como la PNP que muchas veces se niega a recoger su denuncias, su organización ha emitido un comunicado en el que rechaza la violencia de la que vienen siendo víctimas.
«En los últimos días, asesinaron a cinco (05) de nuestras compañeras trabajadoras sexuales. Aurora fue asesinada de 6 disparos en Puente Piedra, a Erika le dispararon a quema ropa en Tomás Valle, Priscila fue encontrada agonizando en Chorrillos con múltiples disparos y falleció poco después, Ruby Ferrer fue cruelmente torturada y después fue baleada en la pista de Carabayllo, y Ana fue acribilla en plena noche del
14 de febrero. Hemos denunciado estos actos, pero hasta ahora no hemos tenido respuesta y vemos que cada día nos matan», Este triste y doloroso recuento es parte del pronunciamiento.
«No quiero que me maten, tengo mucho miedo, espero que la policía y la fiscalía puedan ayudarme, no quiero ser una más, no quiero acabar como mis compañeras a las que han matado por no pagar, pero es que yo no puedo pagar esa cantidad de dinero cada día, al final terminaría trabajando casi para ellos y eso no es justo. Si hablo y denuncio es porque necesito ayuda, ojalá la pueda encontrar», terminó diciendo Ana a teleoLeo.com.

