Europa sólo protege a quienes reconoce como iguales, por eso sólo activó su sistema de «protección temporal» cuando lo necesitaron los ucranianos desplazados por la guerra. Por eso este fin de semana hemos acudido a otro naufragio donde las y los muertos no son ni blancos ni católicos
Leonor Pérez-Durand/Periodista
Sesenta y cuatro muertos y 81 rescatados. En las próximas horas la cantidad de muertos, previsiblemente, aumentaría porque se calcula que aún hay más de medio centenar de personas desaparecidas. Estas cifras son los dolorosos números que dejan el naufragio de una precaria embarcación que transportaba más de 200 personas desde Turquía a Europa, luego de que el motor explotase cerca de las costas de Calabria en Italia.
Entre los muertos 14 menores de edad, uno de ellos, un bebé de tres meses, y una treintena de mujeres.
Y todas estas muertes se pudieron evitar pues el gobierno italiano fue avisado por una patrulla aérea de FRONTEX (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) el sábado 25 de febrero a las 22:00, casi 6 horas antes del naufragio, de que había una embarcación en el Mediterráneo, cerca a la costa de Calabria. La Guardia Costera italiana dice que no hizo nada porque la patrulla le comunicó que la barca navegaba sin problemas y sólo se veía una persona en cubierta. Por su parte, Frontex siguió la travesía de la embarcación hasta que se quedó sin combustible.
Luego del aviso a la Guardia Costera, la Guardia de Finanzas italiana ha señalado que ordenó interceptar la embarcación, pero las condiciones meteorológicas dificultaron la operación. Y así pasaron las horas hasta que la embarcación explotó alrededor de las 4:30 de la mañana, recién a partir de ese momento comenzaron las coordinaciones para atender la desgracia, sin embargo, los sobrevivientes llegaron por sí mismos a la costa.
Origen, color y religión, determinan protección
La procedencia de las y los náufragos: Irak, Irán, Afganistán y Siria, sería la explicación a esta desgracia. Y aunque la primera ministra italiana, la representante de la ultraderecha de ese país, Giorgia Meloni, se haya apresurado a responsabilizar a las mafias piratas; también son responsables el racismo y xenofobia, tanto de su gobierno como de Europa, siempre presta a exigir el respeto a los derechos humanos por parte de otros, exigencia que no aplica a sí misma.
Días antes de este naufragio, el 23 de febrero, la cámara legislativa italiana aprobó una legislación que incluye medidas destinadas a obstaculizar el trabajo de las ONG de salvamento. En aplicación de esta legislación, ese mismo día se confiscó por 20 días el Geo Barents, barco de salvamento de Médicos Sin Fronteras (MSF) y se le dijo que sería multado con 10.000 euros.
Amnistía Internacional
Y no, no soy una inmigrante afrodescendiente resentida, yo no tengo de qué quejarme, yo no llegué a Europa en patera, frágiles embarcaciones donde en turbulentos, hacinados e inseguros viajes, cada año llegan a las costas del viejo continente miles de personas que huyen de la miseria, el hambre y las varias guerras del continente africano. Tampoco llegué a Europa en busca de mejora económica ni profesional, llegué aquí por circunstancias personales que como feliz saldo me dejaron una hija.
Simplemente, ante mis privilegios de migrante de primera -porque sí, en el mundo, aunque todas y todos somos iguales, las y los migrantes somos recibidos de diferentes maneras en estricta relación a nuestro estatus y color de piel, no puedo taparme los ojos antes la dura realidad de los más de 20 mil muertos oficialmente registrados en el mar Mediterráneo. Y digo oficialmente porque hay colectivos que llegan a contar 70.000 vidas perdidas intentando llegar a un continente que no los quiere.
2015 fue el año de mayor numero de migrantes provenientes de Siria y del África Subsahariana. Ellas y ellos intentaron llegar a Europa dejando atrás miseria, sequías y guerras
Migrantes de primera y de segunda categoría
A ninguna persona procedente de Siria o de otros países africanos las fueron ni las van a buscar a las fronteras de sus países con ropa, comida, transporte y hasta juguetes, más precisamente, no las van a buscar aunque precisen ser protegidas porque viven violentadas en contexto de conflicto armado o de gobiernos dictatoriales y corruptos.
A ninguna de estas personas tampoco las esperaban o esperan con los brazos abiertos para concederles de inmediato el estatus inmediato de refugiadas, regularizando así su situación migratoria para que puedan trabajar y gozar de derechos como salud y educación públicas para ellas y su prole.
Tampoco eran ni son masivamente esperadas y esperados por familias del lugar para acogerles y llevarles de la mano en su adaptación al nuevo lugar de residencia. Y todo debido al racismo: ninguna de estas personas es blanca y en su mayoría profesan la religión islámica. A las pruebas me remito.
Las pruebas
Primero: en el momento más álgido de la llegada de sirianos a Europa, esta dio «incentivos» económicos a la Turquía violadora de derechos humanos de Erdogan, incluso, prometió dar a sus ciudadanos la tan codiciada visa Shengen, todo con el fin de que contuviera el paso de estas personas a Europa.
Pero, cómo contener a millones de personas que quieren vivir en paz y poder dar un futuro a sus hijas e hijos. No se puede contener la marea, como no se puede contener la necesidad imperiosa de sobrevivir, de escapar de la violencia y de la miseria. Así que las y los que querían dejar atrás el dolor comenzaron a hacer rutas más largas y peligrosas para llegar a Europa y las muertes se incrementaron.
Se calcula que desde 2011 más de 11 millones de sirianos han abandonado el país y se encuentran mayoritariamente en países vecinos, la mayor parte y en este orden: en Turquía, Libano y Jordania
Segundo: el 20 de julio de 2001 la UE aprobó la Directiva 2001/55/CE para otorgar “protección temporal en caso de afluencia masiva de personas desplazadas especialmente por motivos de guerra, violencia o violaciones de los derechos humanos”.
La directiva sólo se ha comenzado a aplicar, vientiún años después, a partir de marzo de 2022 y a raíz del éxodo de ucranianos por la declaración de guerra de Rusia; cuando todo mundo, políticos y gente de prensa europea e, incluso, estadounidense, sufrían porque las y los afectados eran blancos y católicos.
Protección temporal sólo para ucranianos y para quienes gozaban del régimen de refugiados dentro de Ucrania
Los Estados miembros deben conceder a los beneficiarios de la protección temporal un permiso de residencia. Este permiso es válido durante toda la duración de la protección. Las personas beneficiarias de la protección temporal tienen derecho a lo siguiente:
- Trabajar por cuenta propia o ajena
- Acceder a educación para adultos, formación profesional y formación en el trabajo, un alojamiento adecuado; ayuda social, apoyo financiero y atención médica.
- Los menores de dieciocho años tendrán, asimismo, derecho a la educación en las mismas condiciones que los nacionales del Estado miembro de acogida.
- Si algunos miembros de una misma familia se benefician de la protección temporal en distintos Estados miembros, o si algunos miembros de la familia todavía no están en la UE, estos deben tener derecho a ser reagrupados en el mismo Estado miembro.
- Estas normas se ajustan a las normas de la UE relativas a la acogida de solicitantes de protección internacional establecidas en la Directiva 2013/33/UE (véase la síntesis).
La propia UE reconoce que a partir de la guerra de Rusia contra Ucrania el Consejo adoptó la decisión de ejecutar esta directiva porque:«se constata la existencia de una afluencia masiva de personas desplazadas procedentes de Ucrania en el sentido de la Directiva 2001/55/CE y con el efecto de que se inicie la protección temporal. Este es el primer caso en el que se adopta una Decisión de este tipo en el contexto de la Directiva 2001/55/CE».
Beneficiadas y beneficiados:
- A los nacionales ucranianos residentes en Ucrania desplazados desde el 24 de febrero de 2022;
- A los apátridas y los nacionales de terceros países distintos de Ucrania que se beneficiaron de la protección internacional o protección nacional equivalente en Ucrania antes del 24 de febrero de 2022 (este punto se refiere a las personas que dentro de Ucrania gozaban del régimen de refugiados)
- A los miembros de las familias de las personas mencionadas.
Ergo
La reciente aplicación de esta directiva «humanitaria» es la muestra flagrante del racismo europeo, de ese racismo que durante años ha permitido la muerte de niños como Aylan, al que todas y todos lloramos, y recordamos boca abajo, inerte, tendido sobre una playa en Turquía; a donde él, su madre y su hermano no pudieron llegar con vida.
Antes de Ucrania ningún país integrante de la UE levantó el dedo pidiendo la aplicación de la directiva de 2001, a pesar de que la directiva temporal de protección fue creada para responder a «la existencia de una afluencia masiva de personas desplazadas que no pueden volver a su paí de origen», sin embargo, tantos sirianos, tanto ucranianos.
Desde 2011 más de 10 millones de sirianos, han abandonado su país, muchos aún permanecen en campos de refugiados esperando respuesta a su solicitud de asilo. Desde febrero de 2022 más de 8 millones de ucranianos se han desplazado por el conflicto armado que atraviesan
Campos de refugiados o campos de concentración
Según el activista de derechos humanos Sánchez, «los campos de refugiados financiados con cientos de millones de euros por la UE, se han convertido en auténticos campos de concentración cercados por murallas y de varios metros de altura y concertinas; dotados de seguridad privada que impide el acceso, con un régimen carcelario y la expulsión de la mayoría de las ONG que trabajaban con los refugiados».
Así lo manifestó en una actividad organizada en noviembre de 2022 por Amnistía Internacional en Malaga, España, agrego, además, «que la acción humanitaria se ha criminalizado, incluso ha habido registros policiales en varias de las organizaciones humanitarias. No quieren que haya testigos de lo que se está viviendo dentro de los campos. Hasta hacer una foto del muro exterior se ha constituido en delito».
Así que sí, las muertes en el mar se pueden evitar, porque, como vemos, cuando Europa quiere acoge y acoge bien. Responsabilizar de las muertes de los desplazados a las mafias es evadir la responsabilidad mayor, que es la que tienen los países de la Unión, la de dar protección a quien siendo vulnerable necesita refugio. Toda Europa se ha volcado a ayudar a Ucrania y eso es lo correcto, lo que no es correcto es no darle el mismo apoyo a las y los demás que tocan una puerta que, por ahora, no se les abre.
Los gobiernos muchas veces ignoran el mecanismo de reparto de personas refugiadas diseñado por la Comisión Europea, así como las obligaciones legales e imperativos humanitarios y culpan a quienes se dedican al tráfico y la trata de seres humanos de enviar a la muerte a miles de personas. La lucha contra los delincuentes es fundamental, pero eso no exime a los gobiernos de proteger a las personas refugiadas y migrantes. Parece que a muchos les preocupa más la protección de las fronteras que salvar vidas.
Amnistía Internacional