Leonor Pérez-Durand/ Periodista
Las y los hermanos aimaras y quechuas hartos del ninguneo y del desprecio del mestizo limeño y peruano han vuelto a Lima porque saben que desde sus comunidades no se les escucha y a la DBA (Derecha bruta y achorada) se le hace chiquito el chiquito y obstruyen su llegada, las y los gasean llevando sus bebés a cuestas y pretende que sean procesados hasta por sus dichos que no tienen consecuencia penal en ningún país que se llame democrático.
Y es que el racismo del mestizo peruano, defensor de los vestigios europeos de apellidos heredados, excepcionalmente por prole, generalmente por la violación de nuestras ancestras o por ser descendencia de la servidumbre y el vasallaje a la cual los amos pusieron sus apellidos para sentar propiedad, es tan patético en su cacareo que si el clima de violencia que generan sus aspavientos no fuera tal, darían risa.
Entre otros absurdos, en redes sociales, las y los privilegiados, y las y los adoctrinados por los sectores de la prensa siempre vendidos -ayayeros del poder y amantes de los dineros de la publicidad estatal- salen a denunciar e identificar con nombre y apellido a dos voceros de sus comunidades que trasladan la decisión tomada en asamblea: marchar hacia Lima y suspender toda labor.
«La asamblea ha dicho, no vamos a mandar a nuestros hijos a las escuelas. El primer profesor que venga regresará con la correa en el poto. Para que esta señora asesina, usurpadora, traidora renuncie vamos a tener que tomar medidas. El jueves 2 de marzo retomamos la lucha, nosotros somos voceros de la asamblea, sólo traemos lo que la asamblea ha dicho». Estas declaraciones han sido denunciadas en twitter identificando a los comuneros, tildándolos de azuzadores.
Y es que, como ya hemos comprobado, para muchas y muchos la gente andina o amazónica están bien en su espacio y para la foto turística, pero afean Lima y su protesta no es válida porque piden cambios políticos que según el gobierno no les corresponde demandar y este pensamiento es absolutamente reaccionario; recordemos a Mario Vargas Llosa cuando en la segunda vuelta electoral de 2021, haciendo campaña por Keiko Fujimori contra Pedro Castillo, decía que una persona del interior no podía decidir lo se que hace en Lima.
Y es esa discriminación la que hace que Dina Boluarte diga que no entiende que quiere la gente que llega a Lima a protestar, y la que le hace preguntarse porque no demandan hospitales, escuelas. Y por eso ella y Alberto Otarola que «sí saben», les ofrecen obras para tranquilizarlos, pero como dijo hace unos días una convidada del programa No hay derecho de Glatzer Tuesta: «No hay hospital ni escuela que pague la sangre derramada».
«Carajo nos vamos a sumar todos esta vez, si es posible todo Andahuaylas vamos a ir a Lima para que sientan nuestro dolor, porque aquí nos han matado a gente delante de nuestras narices». Así anunciaban los voceros de la capital de Apurímac su llegada a la Segunda Toma de Lima y decían que, de ser necesario, habían acordado que toda la provincia marche hacia la gran ciudad discriminadora, para que esta conozca su sufrimiento por los caídos en las protestas.
Anta waylla, es el nombre quechua que da origen a Andahuaylas, ciudad de 54 mil habitantes, capital del Apurimac. Anta Waylla
proviene de la yuxtaposición de «anta», que significa cobre y también designa el color de los celajes ( fenómeno natural que llena de color los cielos), similar al del cobre; y de «waylla» que significa pradera o césped.
Tarde o temprano pagarán
La DBA peruana tiembla y sigue en su histérica carrera terruqueadora envalentonada con la criminalización de la protesta, las amenazas y la censura del desgobierno encabezado por Dina Boluarte y Alberto Otarola que ya tiene varias personas en prisión por protestar o apoyar la disidencia, entre ellas Yaneth Navarro, profesora embarazada, para la que se han dictaminado 30 meses de prisión preventiva por estar en posesión de 1.900 soles para alimentos en Lima de las y los manifestantes del interior.
Pero recordemos que a todo cerdo le llega su San Martín y, tarde o temprano, los que ahora abusan del poder pagarán por todas y todos los muertos. Boluarte no será recordada como la primera presidenta del Perú, a secas, si no como la primera mujer que llegó al poder y traicionó a quienes votaron por la opción que ella secundaba.
Boluarte será recordada por las más de 60 vidas perdidas, entre ellas y ellos, niños y adolescentes, vidas cegadas a consecuencia de las protestas y manifestaciones generadas por mantener el cargo de títere de la derecha y la ultraderecha que ahora gobiernan de facto, pues hacen y deshacen sin haber ganado en las urnas.
Boluarte también será recordada por ser la primera mujer que pudo trabajar para su pueblo desde la jefatura de gobierno, pero prefirió hacer alianzas espurias que la llevaron a ser juzgada por los crímenes que no detuvo. Y Otarola y algunas otras y otros también la acompañarán en el camino de la deshonra, del desprestigio y del encierro en prisión y talvez, hasta el del correazo en el poto.
Y para insufladas e insuflados antes de invocar a la policía y leyes ilegales para que detengan a nuestras hermanas y hermanos, tengamos en cuenta que ellas y ellos también son sujetos de derechos y que sus muertes no se reparan con 50 mil soles entregados a sus deudos, tampoco con hospitales o cualquier otra obra, que por derecho les corresponden todas y todos los ciudadanos de nuestro país para tener la vida digna que merecemos todas y todos.
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