Quedar por APP tampoco es seguro: una de cada cinco mujeres, usuarias de Tinder, fue violada durante una cita

Las aplicaciones de citas no están exentas de violencia machista y sexual. El hacer match con una persona juega con el concepto de «consentimiento libre», que mientras a ellos les hace creer que tienen barra libre para todo, a ellas las hace autoinculparse de lo que ocurra justamente, por haber «consentido»

Texto: Leonor Pérez-Durand/Periodista especialista en género

Una de cada cinco usuarias de TINDER, en España, revela haber sido violada durante una cita, un 40% dice que se ha sentido obligada a mantener una relación con prácticas de dominación sexual o BDSM, un 30% que su pareja sexual continuó con una práctica tras haber manifestado ellas dolor físico y deseo de parar, un 57% ha sido presionada para consumir alcohol, 57,9% se han sentido coaccionadas a tener relaciones sexuales. El 70% de agresiones han sido cometidas por hombres entre 35 y 45 años de edad.

A nivel mundial, son más de 4.500 millones de personas las y los usuarios de aplicaciones de citas para establecer relaciones afectivas o sexuales y su uso reproduce las violencias machistas y sexuales de nuestros entornos que, además, «se amplifica gracias a sus especificaciones de inmediatez y anonimato», esta afirmación junto con las cifras, son revelaciones contenidas en el Informe ‘APPS SIN VIOLENCIA SEXUAL’ elaborado por la Federación de Mujeres Jóvenes (FMJ), financiado por el Ministerio de Igualdad español.

Tinder fue la APP de citas escogida por la FMJ por su representatividad, pues es la más utilizada en España y por ello les pareció la más idónea para investigar posibles violencias contra las mujeres reproducidas en entornos digitales de jóvenes heterosexuales, teniendo en cuenta que más de la mitad de sus 75 millones de usuarios a nivel mundial están entre los 18 y los 25 años de edad y que lo que se quería investigar era la reproducción de patrones machistas.

Para el informe fueron entrevistadas 963 mujeres, de entre 18 y 35 años de edad y según la coordinadora de proyectos, Mónica Sáiz, una de los hallazgos de la investigación es que las usuarias de la aplicación tienen dificultades para asumir haber sido víctimas de violencia sexual: «Inicialmente el 86,4% de las encuestadas aseguró no haberla sufrido, pero al preguntar cuestiones concretas descubrimos otras cifras»:

  • 29,5% fue presionada para realizar prácticas no deseadas
  • 27% vivió situaciones violentas durante el sexo como ahogamientos o golpes
  • 48,8% se sintió tratada como un objeto
  • 33% quiso parar la relación y el hombre se molestó

Esta falta de consciencia de la violencia vivida se debe a la falsa idea de «consentimiento libre» que las mujeres creen dar cuando hacen match con un perfil, sin tener en cuenta la violencia estructural a la que no escapa ninguna de nosotras, al chantaje emocional y al sentimiento de culpa por haber aceptado la cita, aseguran las autoras del estudio quienes además señalan que gran responsabilidad de todo tiene la cosificación de la mujer perfectamente representada en medios de comunicación y publicidad, pero, sobre todo, en la pornografía que debería ser regulada.

¿Consentimiento libre?

El «consentimiento libre» también influye en la percepción del hombre pues asume que si una mujer a aceptado salir con él es porque está dispuesta a todo y no contempla que en algún momento de la cita ella pueda no sentirse cómoda o que no quiera tener intimidad. Ellos van a la cita creyendo tener barra libre para hacer realidad las relaciones sexuales violentas que tienen al alcance de un click en sus dispositivos electrónicos.

Entre las conclusiones del estudio podemos encontrar que «las aplicaciones de citas constituyen una tipología de red social especialmente significativa en cuanto a la reproducción de ideales
femeninos subordinados, cimentados sobre estereotipos patriarcales, bien en su versión «tradicional» o en sus actualizaciones en el paradigma neoliberal vigente».

En este sentido, señala el estudio, «se destaca la alternancia de adjetivos tradicionales como «sencilla», «risueña», «guapa» o «femenina» con otros como «atrevida», «de mente abierta» o «segura de sí misma», estos últimos siempre en relación con su sexualidad. A su vez, se percibe un fuerte desprecio a las mujeres que no encajan con este modelo, a veces incluso de manera explícita o violenta».

También señala que las aplicaciones de citas reproducen formas offline de violencia sexual, tales como el piropo o el acoso sexual, que se desarrollan explicítamente encubiertos en el anonimato. Según los perfiles masculinos a los que accedió el estudio la FMJ también llegó a la conclusión de que tanto en los perfiles de hombres como en los mensajes de chat que envían son frecuentes los textos o imágenes con propuestas sexuales explícitas.

«Se percibe una fuerte glamurización de la prostitución y la pornografía, así como de las prácticas sometimiento sexual de las mujeres. En este sentido, cabe destacar la variable de la diferencia de edad como significativa en relación con primeras interacciones violentas, incluyendo las propuestas de prostitución encubierta, ahora con el término sugar daddy sustituyendo a «putero». Respecto a la dominación sexual de las mujeres, debe destacarse una frecuencia de aparición diaria de perfiles que demandan de forma abierta este tipo de prácticas con términos neutros como BDSM o «juegos de dominación» para referirse casi en exclusiva al sometimiento femenino».

Cocktail perverso: Cosificación y pornografía

La cosificación de la mujer a través de los medios de comunicación, de la publicidad y de la pornografía tiene gran responsabilidad en los compartamientos sexistas y violentos en contra de nosotras pues en general somo valoradas por nuestro aspecto físico y no por nuestras capacidades y fortalezas, como se hace en el caso de los hombres.

Por estos días en España asistimos al aumento de agresiones sexuales ente menores de edad y de esto también son responsables los factores mencionados, pero con mayor incidencia, el consumo de pornografía que comienza a los 12 años de edad. Antes para acceder a contenido sexual explícito era necesario comprar una revista o poder colarse en un cine porno, ahora no.

Actualmente niñas y niños acceden a contenido pornográfico desde sus teléfonos y tabletas, y a falta de una educación socioafectiva integral asumen lo que ven como una relación sexual sana y adecuada, esta podría ser la causa para que más del 80% de las mujeres entrevistadas, todas con menos de 40 años de edad, no asumiesen como violentas algunas de las interacciones vividas por el uso de la aplicación de citas.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.