Asesinar, torturar y mutilar no puede salir gratis. La dictadura congresal que gobierna el Perú, con 8% de aprobación y cuyo timón es guiado por el fujimorismo, se zurra en la legalidad y en los DD. HH, con la única consigna de salvar de sus delitos a la figura más nefasta del panorama nacional
Texto y vídeo entrevista: Leonor Pérez-Durand/ periodista
El fujimorismo, cáncer con metástasis, enquistado en el Congreso peruano y dirigido por la única presidenta que en tres elecciones no ha ganado en las urnas, aprobó este martes 12 de marzo, un dictamen del PL para que el Estatuto de Roma, que castiga los delitos de lesa humanidad, sólo se pueda aplicar a delitos cometidos a partir de 2002.
Este proyecto de ley tiene nombre y apellido, se llama Alberto Kenya Fujimori Fujimori, el único presidente peruano nacido en Japón, el hombre que fundó el partido que ha acabado con la política en el Perú y que lo ha corrompido todo.
El objetivo de la propuesta es que el enfermo terminal más sano del mundo quedé libre de las condenas por delitos de lesa humanidad, por las matanzas de Barrios Altos y de la Cantuta, y no sea juzgado por el mismo en el caso de las esterilizaciones forzadas.
Restringiendo la aplicación del Estatuto de Roma al 2002, también se libera de esta carga a Alejandro Aguinaga, exministro de Salud del enfermo y se le deja el camino libre para que pueda postularse a senador, es decir, se le abre la puerta a seguir mamando de la teta del Estado.
Sin embargo, antes del Estatuto, los países civilizados y democráticos, entre los cuales, se contaba el Perú, antes del nefasto gobierno títere de Dina Boluarte que carga 50 muertes en la mochila, nos regíamos por la Convención de Ginebra vigente desde 2005 y que castiga los crímenes de guerra internacional y los cometidos durante conflictos internos.
La diferencia, entre el Estatuto de Roma y la Convención de Ginebra, para lo fines que nos interesan, está en la forma de llamar a las cosas, mientras que en el primero se hace referencia explícita a que las esterilizaciones forzadas con crímenes de lesa humanidad, en el segundo se dice que se condenan «los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios».
Así que sí, Alberto kenya Fujimori Fujimori no puede deshacerse de las condenas por delitos de lo que actualmente denominamos lesa humanidad, porque fue condenado por autor mediato de homicidio en los casos de Barrios Altos y la Cantuta.
Y si la justicia funciona, Fujimori podría ser juzgado bajo de Convención de GInebra por atentar contra la integridad corporal y las mutilaciones practicadas en los cuerpos de las mujeres indígenas de nuestro país, que fueron esterilizadas sin su consentimiento informado y que fueron tratadas como animales en las intervenciones, algunas, abiertas sin anestesia y enviadas horas después a sus casas sin supervisión médica.
Convención de Viena
Título I: Disposiciones generales Artículo 3 (común a las cuatro Convenios de Ginebra de 1949) En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional y que surja en el territorio de una de las Altas Partes Contratantes cada una de las Partes en conflicto tendrá la obligación de aplicar, como mínimo, las siguientes disposiciones: 1) Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio análogo. A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas arriba mencionadas: a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios.
Gloria Basilio, fue esterilizada sin anestesia, en una sala no esterilizada, pero sobre todo, fue esterilizada sin consentimiento, ella dijo que no una vez y otra, pero su voz no contaba, no cuenta, porque es la voz de una mujer indígena, quechuahablante y sin dinero. Sobres ellas se cebaron las políticas de control de natalidad de la dictadura fujimorista. La historia de Gloria Basilio es la de miles de mujeres y debe ser escuchada hasta obtener justicia.
teleoLeo.com ha entrevistado a mujeres mutiladas, torturadas e invadidas por procedimientos que no aprobaron, puedes leerlas en el siguiente enlace: Testimonios sobre esterilizaciones forzadas