Si no tiene seguro sanitario, publico ni privado, y tampoco tiene unos ahorritos, no enferme, no sufra un accidente, pues para ser atendidx deberá acreditar su afiliación al sistema o dejar su tarjeta bancaria
«El paciente estaba en muy mal estado, pero no sé si la demora en atenderlo contribuyó a su fallecimiento». Violencia sanitaria, es así como se debería de llamar a la falta de atención adecuada, oportuna y rápida de un paciente que entra a un servicio de emergencia de un hospital, sin embargo, en Perú, en muchos nosocomios estas consideraciones se olvidan.
Algunos médicos tampoco recuerdan que tienen el compromiso profesional y ético de salvar vidas, y parecen más preparados para dirigir una empresa que para atender el dolor y el sufrimiento de quien lo necesite, pues antes de ingresar a un paciente para la atención de una emergencia las preguntas recurrentes son: ¿tiene seguro?, ¿quién pagará?
Y esto es perverso en un país donde más del 70% de personas con empleo son trabajadores informales, por lo tanto, sin derecho a la sanidad pública. Pero incluso perteneciendo al grupo de privilegiados que tienen derecho a la atención en la red de hospitales de la seguridad social, esto no garantiza tenerla cuando la necesiten.
Según el INEI el empleo informal es de 72,6%, mientras que el empleo formal es de 27,4% a nivel nacional. Es decir, sólo el 27,4% de trabajadores peruano tiene derecho a la atención sanitaria pública.
TeleoLeo.com hablo con la médica general Maritza Ortíz Arica, quien trabaja para el Ministerio de Salud en el área de Atención Prehospitalaria, ella explicó varias de sus experiencias que tienen que ver con la falta de empatía de sus colegas al momento de atender a los pacientes en los servicios de emergencia.
La frase que da inicio a esta nota es de la médica Ortíz Arica, esta y otras ‘perlas’ son las que nos explica a lo largo de esta entrevista en la que pueden escuchar de primera mano ‘anécdotas’ que nunca debieron ocurrir en ningún lugar donde la prioridad es cuidar y mantener con vida a las personas.
Ni la falta de recursos de la sanidad pública, ni el estrés del trabajo justifican que un paciente sea maltratado. Como dice Ortiz Arica, si esta nota y esta entrevista sirven para que los médicos se cuestionen su forma de atender a los pacientes ya habrá servido de algo. ¡Que el universo confabule!