«Sólo sí es sí». En España ya se promulgó la ley del consentimiento y deja sentado que este es «aspecto fundamental sobre el que se configuran los delitos contra la libertad sexual». Y Perú: ¿para cuándo? En esta nota una mujer relacionada con el mundo del folclore explica, según dice, su historia de no consentimiento con el guitarrista denunciado por violación sexual
Texto, investigación y edición de vídeo: Leonor Pérez-Durand, periodista
«Volvíamos en un taxi de celebrar el día del pisco sour en casa de un amigo mío, en esa época no había vehículos de aplicación, así que cuando él me dijo que primero me dejará a mí en mi casa, yo me sentí tranquila. Todo iba bien, hasta que en un momento el taxi comenzó a ir más lento y él me jaló hacia sí y me forzó a besarlo; lo empuje con todas mis fuerzas, le grité: «No». Abrí la puerta y salí del auto, no pensé que me podían atropellar, pero es que me dio mucho asco que me obligará».
Este testimonio es de una mujer que conoce a Rolando Carrasco Segovia, guitarrista folclórico peruano y profesor de la Universidad Nacional de Música, quien en marzo de este año fue denunciado ante la policía por «violación sexual de persona en incapacidad de resistir». La denuncia por violación la hizo publica teleoLeo.com, en junio de este año, cuando Juliette Robles, joven cantante catalano peruana, contactó con este blog para explicar que Carrasco Segovia, supuestamente, la había violado.

La denuncia de Juliette Robles publicada primero por teleoLeo.com:
Luego de que teleoLeo.com diese a conocer la denuncia, Rolando Carrasco Segovia hizo su descargo en redes, decía que él no había violado a nadie, que había sido una relación consentida y que no sabía porqué Robles lo había denunciado. Todo esto lo afirmó, a pesar, de las capturas de pantalla que también publicamos, en las cuales pedía perdón a su denunciante, diciéndole que está muy avergonzado, que su canto y verla empoderada lo confundieron, que él no quería hacerle daño. Y le decía: «Hagamos un zoom para sanar».

En su descargo Carrasco también dijo que la conversación de Whatsapp se había dado en otro contexto y que él no le pedía perdón a Robles por violarla. Aquí el enlace con su descargo:
TeleoLeo.com replicada por medios peruanos
Desde que publicamos la nota, otros medios de comunicación se hicieron eco de la denuncia de Robles y ahora Rolando Carrasco dice que de sexo consentido, nada, que no hubo sexo; aunque en la conversación de Whatsapp dice a Robles que en el taxi en el que iban a su casa hubo besos y eso le hizo pensar que ella quería intimar. Carrasco dice que la denuncia es falsa y que podría estar está movida, por afán de notoriedad de la denunciante, lo cual no se entiende cuando ella vive a 14 mil km de distancia y donde él es conocido, sí; pero en un círculo muy específico.

El día del pisco sour…
«También soy de la escuela nacional de folclore, estudié educación artística y me especialicé en danza. Conocí a Rolando porque compartíamos amigos de la escuela y amigos en común fuera de ese ámbito, en una oportunidad intercambiamos números y, recuerdo que era el día del pisco sour, él me llamó y me preguntó que iba a hacer, yo le dije que unos amigos hacían una fiesta y que iba con una amiga, él me dijo para ir, le contesté que bueno y como vivía cerca a mi casa fuimos en el mismo taxi y volvimos juntos. Yo no le vi nada malo, íbamos como amigos, yo no quería nada con él y se supone que él tampoco conmigo».
Ella explica que estuvieron en la fiesta y que su amiga se fue antes porque tenía otra reunión. Ella se quedó con Rolando, hasta que la fiesta terminó y se fueron juntos. «En esa época no había taxi de aplicación así que paramos un taxi de la calle y Rolando me dijo que primero me dejase a mí, lo cual me pareció bien porque así no me exponía a quedarme sola con el taxista. Antes de llegar a mi casa, el taxi disminuyó la velocidad y Rolando me jaló con fuerza hacia él para besarme; me asuste demasiado, sentí asco, yo nunca había besado a nadie».
Ella repite que su intención era sólo salir y compartir con amigos, que Carrasco ni siquiera le gustaba. «Yo sólo quería pasarlo bien con mis amigos, no salí para que este tipo me trate así, sentí mucho asco de verdad y encima como había tomado me sentí muy mal. Lo único que hice fue empujarlo y le dije: «No». Abrí la puerta y me tire a la pista, no pensé en nada porque me dio mucho asco que me agarre así, a la fuerza; no recuerdo incluso si me beso o no, pero me dio mucho asco, llegué a mi casa asustada, al día siguiente le conté a mi mamá y me sentí muy mal por exponerme, porque ella confió en mi y me pasa eso».
¿Otra vez se confundió?
Según asegura, le explicó lo ocurrido a sus amigos y fueron a casa de Carrasco a encararlo: «Pertenezco a un grupo de parroquial y le conté a mis amigas y amigos, fuimos a su casa, él salió y pidió disculpas, pero así como que ya pues, qué pasa; yo le decía pero por qué lo hiciste y él trataba de justificarse decía, que no sabía. Me sentí avergonzada, les expliqué a unas amigas cercanas del entorno de folclore y una de ellas lo contrató para una presentación, yo le dije que no bailaba si él tocaba. Para mí es un ser despreciable. Terminé alejándome de la agrupación e incluso de mi amiga, luego me enteré que ella salía con él».
Ella manifiesta que sólo explicó lo ocurrido a su círculo de amistades: «Sólo los más cercanos saben lo ocurrido, pero no me creían porque él siempre ha dado la imagen de ser un músico súper profesional, respetuoso, muy ético, pero no lo es». Y esta percepción del guitarrista queda confirmada en los vídeos en su apoyo grabado por mujeres que han trabajado con él o que han sido sus alumnas.
La mujer que hace unos años fue de fiesta con Rolando Carrasco, por el contrario, se culpa de la supuesta violación sexual de Robles por no haberlo denunciado en su momento: «Derrepente si hubiese hablado antes, pero sí no lo hice fue por mucho miedo, porque en la escuela tu comentas algo así y no lo entienden o te dicen que tú te lo buscaste, que tu lo provocaste. Me da mucha pena lo que le ha pasado a esa joven», dice.
Apoyo al músico
Músicas, cantantes, periodistas nacionales y extranjeras y hasta alguna promotora, nacional e internacional, han grabado vídeos respaldando al músico; dicen que es todo un caballero, un hombre muy ético, un amigo respetuoso, que nunca les ha hecho nada a ellas y que nunca se ha comportado de manera que las haga sentirse inseguras o en peligro. Es a raíz de estas afirmaciones, evidenciadas en una publicación de teleoLeo en Facebook, que recibimos el testimonio de la mujer que supuestamente habría sido agredida por Carrasco Segovia hace algunos años.

Y el apoyo a Carrasco es tan cerrado que, por ejemplo, en el vídeo grabado por la actriz, cantante y directora peruana Pilar Núñez Ríos, además de exaltar la calidad humana y profesional del músico, pone en duda la denuncia de Robles porque en un vídeo posterior, a la supuesta violación, se ve a Robles participando de una reunión en casa de Carrasco. Sin embargo, en esta captura de pantalla, el músico dice que ha estado pensando en lo ocurrido durante el día domingo, el día de la reunión mentada por Nuñez.
«He visto los vídeos y me he quedado pasmada, pues la señorita en cuestión está jaraneando, empoderada cantando. Me parece increíble que una persona que ha sufrido una violación estuviese tan entera, tan empoderada, yo le daría el beneficio de la duda a nuestro colega».
Pilar Núñez Ríos, actriz, cantante y directora peruana
Lo que no entiende Pilar Nuñez del Rio es que el comportamiento posterior a un abuso sexual es impredecible, porque la mente y las emociones humanas son complicadas. Según la literatura y el cine, luego de una violación sexual las mujeres debemos estar llorando, atemorizadas y escondiéndonos; y puede que algunas o la mayoría reaccionen así, pero qué pasa si la abusada, canta, bebe y ríe: que simplemente no se la cree, porque no es la víctima perfecta. Porque a las mujeres se nos exige perfección hasta para sufrir, si no: mentimos.
Otra cosa que Pilar Nuñez no toma en cuenta es que Juliette Robles declaró a teleoLeo.com que se hospedaba en casa de Rolando Carrasco, que él le había ofrecido alojamiento, porque ella es extranjera y llegaba a Lima procedente del interior y tenían sólo 3 días para preparar una presentación, razón por la cual ella lo había contactado. Nuñez tampoco toma en cuenta que Robles asegura que durante la supuesta violación estuvo inconsciente y no es sino hasta después de la reunión mencionada por Nuñez, que ella digiere lo ocurrido, lo increpa y se va de casa de Carrasco para presentar denuncia ante la policía
Asco, culpa y vergüenza
Luego de las más de 300 notas denunciando violencia de género en teleoLeo.com podemos afirmar que estas son las sensaciones y sentimientos que experimentan las mujeres, niñas y niños abusados sexualmente. Que alguien invada tu espacio en cualquier situación es muy desagradable, que alguien invada cuerpo y haga lo que quiera contigo sin tu consentimiento es repulsivo. Y en mujeres, niñas y niños, el asco da paso a la culpa.
Las personas víctimas de abuso suelen cuestionarse sobre qué es lo que hicieron para enviar señales de que querían ser atacadas y no, no hay señal, causa, ni circunstancia para que un agresor sexual agreda. Los abusadores no necesitan razones para su comportamiento, un agresor sexual actúa revestido del poder que la sociedad patriarcal y machista le ha otorgado desde pequeño, pues los hombres son criados para conquistar, para mandar, mientras las mujeres deben ser dulces, sumisas, complacientes y perfectas.
Esta forma de educación de la sociedad deja a las mujeres con la carga de la culpa y a los hombres con la satisfacción de haber reafirmado su «hombría», además, mujeres y criaturas experimentan mucha vergüenza por sentirse sucias y tratadas cual objeto. Todos estas emociones cuando no son tratadas adecuadamente pueden llegar a manifestarse físicamente y pueden además ser causa de trastornos como el síndrome de estrés postraumático que se genera tras el miedo y la indefensión por lo ocurrido provocando estado de ansiedad extrema.
Las violaciones grupales, por ejemplo, no son otra cosa que la reafirmación de la virilidad, de la potencia, quienes victimizan a las mujeres de esa manera lo hacen buscando la aprobación del grupo y se turnan demostrando ante el otro, lo «machos» que son y por eso también graban las agresiones y las comparten para obtener el reconocimiento de sus pares. Ante esto hay jueces como en España, en el conocido caso de La Manada, que osaron decir que la víctima disfrutó porque no gritó. Vimos lo mismo en Perú, cuando el abogado del grupo de «amigos» que violó a una joven en Surco dijo: «A la señorita le gusta la vida social».
El síndrome de estrés postraumático en las víctimas de abuso sexual se manifiesta a través de pesadillas, de pensamientos e intentos suicidas o de autolesión, de desórdenes alimenticios o de conductas autodestructivas, como la adicción al alcohol o las drogas, llegando incluso a la promiscuidad sexual. Además de trastornos psicológicos, el abuso sexual, sobre todo, en mujeres también puede llevarlas a somatizar el dolor desarrollando afecciones como la fibromialgia o las llamadas enfermedades de dolor crónico.
Todo esto no hace más que poner énfasis en el indispensable cuidado de la salud mental de las víctimas de violencia de género en cualquiera de sus variantes y no es sólo Perú quien cojea en no brindar una atención adecuada y seguimiento adecuado a cada caso. Juliette Robles se encuentra en su ciudad, Barcelona, desde hace varias semanas y aquí, a pesar de haber acudido al hospital Clínic, centro de referencia para la atención de víctimas de violaciones sexuales, tampoco habría encontrado lo que necesita.
Ella asegura que en el hospital, le han ofrecido terapias que no la satisfacen porque tienen una visión eurocentrada que no contempla la diversidad de las mujeres racializadas y tampoco se las tendría con la periodicidad que requiere. «Dos visitas al mes no ayudan en nada, en el hospital creen que ahora tengo miedo a viajar y no lo tengo, lo que tengo es ansiedad y rabia por lo que me ha ocurrido. Además, me siento abandonada por las autoridades peruanas y españolas, la policía de aquí me ha dicho que no pueden hacer nada porque la denuncia está en Perú y en Perú el caso no avanza».
De allí la importancia del consentimiento
El consentimiento debe prestarse voluntariamente como manifestación del libre arbitrio de la persona considerado en el contexto de las condiciones circundantes.
Convenio de Istambul artículo 36.2
En julio de este año España aprobó la ley del sólo sí es sí, denominada “Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual” que ya no se basa en el no es no, si no que ahora dice que para tener una relación sexual debe haber consentimiento positivo, es decir, un consentimiento expreso y explícito. Según la Ley: «Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente, mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona». En esta ley, el gobierno español dice expresamente que el silencio o la pasividad no significan consentimiento.

A la falta de consentimiento apelaron algunos amigos de Rolando Carrasco, cuando en su muro de Facebook como parte de su descargo inicial dijo que lo que Juliette Robles denunciaba como una violación sexual, había sido sexo consentido.
«Me pongo en sus zapatos y pienso que estas situaciones no se deben permitir, nadie debe tocarte, besarte, o hacerte algo que no quieras. Manifiéstale mi solidaridad a esa joven, siento toda la cólera, la rabia y la repugnancia que puede haber sentido y estar sintiendo hacia esa persona», concluye el testimonio de la mujer que ha querido explicar su historia frente a quienes han manifestado públicamente su apoyo a Rolando Carrasco y consecuente rechazo a la denuncia hecha por Juliette Robles en contra del músico.
Mujeres y niñas, víctimas absolutas de la violencia sexual
Según cifras de los Centros de Emergencia Mujer (CEM), del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), de enero a julio de 2022 han atendido 5 805 denuncias por violación sexual. El 95.5% de las personas afectadas son mujeres y de ellas el 68.3% son menores de edad, es decir, 7 de cada 10 denuncias por delitos sexuales corresponde a niñas y adolescentes. La mitad de agresores son personas del entorno de las víctimas.
Y la violencia contra mujeres e infancias no ha disminuido este 2022, al contrario. Entre enero y diciembre del 2021 el MIMP atendió 10 251 denuncias por violencia sexual, es decir, recibió un promedio de 28 denuncias por día; mientras que, sólo durante el primer semestre de este año el MIMP viene recibiendo 32 denuncias por día. Y aunque las penas por estos delitos pueden llegar a la cadena perpetua cuando se trata de niñas y niños menores de 14 años, esto no intimida a los agresores.
Este panorama debe hacer comprender al Ejecutivo, al Legislativo, al Poder Judicial y a la sociedad civil que aumentar las penas o hablar de castración química o pedir la pena de muerte para quienes ejercen violencia de género no funciona. El castigo del delito debe ir acompañado de un plan de educación que incluya programas de rehabilitación para los agresores, pero sobre todo, la aplicación del programa de educación sexual integral en las escuelas que eduque en igualdad y sea el dique de contención a la violencia machista.
