Justicia Tesla en Perú: sin nadie al volante

Escrito por: Leonor Pérez-Durand

La mañana del martes, mientras desayunaba y veía en televisión que los constructores de Tesla estaban muy contentos pues, en una prueba realizada en California, su modelo 3 había logrado recorrer 576 km de conducción autónoma, es decir, sin la mano de hombre, mujer o diversidad al volante; mi marido me explicaba que en nuestro Perú, unos jueces habían emitido la primera sentencia conspiranoica del mundo mundial.

Y pensé, en general, nadie va al volante. En 2020 alguien apartó las manos y desde entonces vamos dando tumbos, haciendo curvas imposibles y, cuando no hay más remedio, chocamos contra la realidad, convertida en frías cifras de contagios y muerte. En 2021 la cosa parece no mejorar y mientras que en Europa algunos afirman que ya estamos en la tercera ola de contagio, en Perú ya se preparan, o no, para la segunda.

Perulandia siempre sorprendente

Hace unos meses la Corte Superior de Justicia de Ica sorprendía con una sentencia en la que, entre otros motivos, exculpaba a un acusado de la violación sexual de una joven porque esta llevaba ropa interior de color rojo y de encaje; esta vez ha culpado al COVID-19, «creado por Bill Gates, Soros y Rockefeller», del retraso en resolver un requerimiento de ampliación de prisión preventiva. Y sí, la pandemia lo ha alterado todo, pero atribuir su origen a una conspiración es demasiado.

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Fake judicial

Desde antes del inicio de la pandemia, que nos afecta a todes, las faxe news ya eran conocidas, Donal Trump las había llevado a un nivel que muches pensamos insuperable; la ultrederecha española también las abrazó con todas sus fuerzas. Sin embargo, desde la tierra de la uva y la cachina, nos han demostrado que, el superlativo siempre puede exponenciarse.

Soy una de las personas que siempre dice y cree a pie juntillas que sólo la educación salvará al Perú, sin embargo, si tenemos jueces capaces de emitir sentencias como estas, comienzo a perder la fe hasta en la educación, porque para llegar a ser magistrado hay que pasar por la universidad donde, por lo menos, se supone que aprendemos a diferenciar la verdad de la mentira.

Y sí, cree, creo: la educación nos salvará, pero el estropicio de los magistrados, demuestra que la educación si no va acompañada de capacidad de discernimiento, es decir, si no nos enseña a pensar, no sirve. Por eso los países que pasan la prueba PISA con buena nota, cuestionan la enseñanza escolar cuyo único objetivo es la acumulación de conocimiento vacío y se impulsa a los estudiantes a investigar, a problematizar y a encontrar soluciones.

Las conspiraciones aumentan ansiedad de adultos mayores

Con el tema de las fake news y las conspiraciones, otra cosa que me preocupa es mi madre y les adultes mayores que como ella, debido a su falta de alfabetización digital, son más proclives a creerse todo lo que les aparece en la pantalla del móvil. Debido a toda la contaminación informativa, mi madre es una de las personas escépticas a ponerse la vacuna del COVID-19.

Luego de todos los mensajes recibidos, ella ha concluido que la vacuna no es buena porque le inyectarían «sustancias transgénicas», que entrarían en su cuerpo y la convertirán, a ella misma, en no sabe qué. Además, a tomado el buen hábito, de enviarme los enlaces de las noticias que le llegan a su Facebook sobre vacunados muertos o sobre curas milagrosas, entre ellas inyectarse la lejía de su preferencia en pequeñas dosis, así se las investigó y le quito ansiedad al asunto.

Mi madre es una mujer de 80 años, muy bien llevados, pero que le cuesta contrastar lo que le llega tanto por whatsapp, como por Facebook o que ella solita encuentra en Youtube y por eso yo la ayudo. Quien ejerce como juez es una persona que tiene todos los medios a su alcance para contrastar la información que recibe antes de plasmarla en un documento, por eso, es inaceptable que una sentencia judicial tenga tufo conspiranoico.

Prejuicio y conspiración: malos consejeros

No es posible, no es normal, que unos jueces emitan sentencias prejuiciosas, como en el caso de la ropa interior roja; tampoco lo es que consignen descabelladas ideas en sus resoluciones. Un tribunal está para aplicar procedimientos y leyes dentro de un marco jurídico claro y no para fallar en base a teorías sacadas de páginas carentes de rigurosidad científica.

Tito Gallegos, Luis Leguía y Tony Changaray son los magistrados del Poder Judicial de Ica, integrantes de la Sala Superior de Apelaciones del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Chincha, responsables del despropósito legal, y así como los jueces que cuestionan colores y texturas de la ropa interior de una víctima, su proceder también será investigado por la OCMA (Oficina de Control de la Magistratura).

La justicia peruana adolece de corrupción, burocracia, lentitud elefantíasica, falta de optimización en su procedimientos administrativos, falta de efectividad, carencia de operadores con enfoque de género que no revictimicen a las denunciantes; además, quienes la imparten están llenos de prejuicios, pero lo último que podíamos esperar es que también fuesen conspiranoicos.

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Agenda 2030: cuando erradicar la pobreza es parte del «Nuevo Orden Mundial»

Otra de las menciones de la disparatada sentencia está la que se refiera a los que los magistrados mal llaman «el proyecto 2030«. Como si del Cuco se tratara, los jueces en cuestión, mencionan el plan adoptado por la Asamblea General de la ONU,  «Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», como uno de los planes malévolos de Gates, Soros y Rockefeller.

En la página de la «Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible» se estipula que se ha elaborado «un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia». Los firmantes del plan, los países integrantes de la ONU, afirman que «sin desterrar la pobreza no puede haber desarrollo sostenible».

¿Son los objetivos de la Agenga 2030 satanizables, criticables al punto de compararlos con una pandemia? Si Gates, Soros y Rockefeller se unen para desterrar la pobreza, cuidar del planeta y fortalecer la paz universal de verdad y no como parte de un lindo discurso, díganme dónde firmo señores magistrados, porque todos eso son valores a los que aspiramos todes les personas de buena fe.

Otro de los efectos de la pandemia es el estado de la salud mental de todas, todes y todos. Sería bueno que además de la investigación que la OCMA ha abierto a los magistrados conspiranoicos, también revise cómo rigen sus cabezas, porque, al parecer, algo falla y cuando algo falla debe ser reparado; sobre todo, cuando del buen estado mental de los jueces dependen los destinos de tantas personas.

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